Hay que empezar diciendo que este día era el más ligero de los 11 días de nuestro viaje, así que nos levantamos a las 8 y media tranquilamente, para desayunar, ir a recoger el coche y pasar por nuestro hotel La Pergola a dejar la llave magnética con la que salimos del parking. Antes de abandonar Florencia, había que pasar por el campo de la otrora gloriosa Fiorentina, el Stadio Comunales Artemio Franchi que pueden ver en la foto de abajo.
El campo como pueden ver tanto en la foto de arriba como en la de a continuación, es bastante feo, pero vamos algo que es muy común en Italia si llevan leyendo todo mi viaje.
Este estadio con capacidad para 47.300 personas ya albergó partidos del Mundial de 1934, así que imaginen su historia, aunque para el Mundial de 1990 fue arreglado quedando su aspecto como actualmente. Al igual que en Siena, está dedicado a Artemio Franchi, ex-presidente de la UEFA y directivo en su día de la Fiore.
Como nos pillaba de paso y ese día ya les digo que era muy
leve, hicimos una parada en Bolonia tras recorrer los 110 kilómetros
que la separan de Florencia. Como nos pillaba de paso, paramos en el Estadio Renato Dall´Ara, sede del Bologna Football Club.
Este campo a pesar de haberse inaugurado en 1927, también se reformó para la Copa del Mundo de 1990 quedando su capacidad en 38.279 asientos. La curva Norte de la foto de más abajo se llama "Giacomo Bulgarelli", lugar de los ultras
del Bologna Football Club en honor al jugador y capitán del FC Bolonia de 1959 a 1975.
Desde allí íbamos a ir al Land Rover Arena, también conocido como PalaDozza, sede del mítico Fortitudo Bologna con capacidad para 5271 personas. Aunque la Fortitudo siempre ha estado por detrás de la Virtus Bologna ha tenido grandes plantillas como la del siguiente enlace.
Actualmente subsiste en Liga Due tras haber desaparecido para luego haberse refundado de nuevo bajo el nombre de Biancoblu Basket Bologna, pero siempre estará el equipo en nuestra memoria por jugadores como Fucka, Galanda, Basile, Belinelli, Mancinelli o el actual base del Barça Marcelinho Huertas que pasaron por sus filas.
Aunque ya les digo que no merece demasiado la pena parar en Bolonia, ya que teníamos tiempo ese día pues nos acercamos a ver el centro de la ciudad. Pasamos por las torres Garisenda y Asinelli, para llegar a la Fuente de Neptuno en la Piazza Maggiore.
Esta Piazza Maggiore es muy bonita con edificios preciosos como el Palacio Comunal de la foto de abajo, o la Basílica de San Petronio, aunque estaba con andamios en su incompleta fachada. También en esta plaza se encuentra el Palacio de Podestá o el de los Notarios.
Pueden ver también la antigua catedral de San Pietro o la Basílica di Santo Stefano. Ya para volver hacia dónde habíamos dejado el coche en la Vía Giuseppe Massarenti, un poco lejos del centro todo sea dicho, pasamos por la zona universitaria, llena de estudiantes de todas las nacionalidades. Una vez en el coche y tras haber comprado en un supermercado cercano la cena, poníamos rumbo a Módena para comer allí, ya que sólo nos separaban 50 kilómetros.
Ya en Módena aparcamos en la Viale Muratori a la altura de Vía Saragosa, y desde allí fuimos caminando al centro buscando un lugar para comer. Después de comer una pizza, como no, dimos una vuelta por el pueblo viendo esta Torre Cívica o Ghirlandina, campanile de la catedral de Módena.
En esta Piazza Grande, explanada construida en el siglo XII declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997, además de la Catedral se encuentra el Palazzo Comunale o Ayuntamiento (imagen), además de la fachada posterior del Arzobispado.
En la foto de abajo pueden ver el interior de la Catedral románica con el crucifijo de madera del siglo XIV en el centro de la imagen. El púlpito fue diseñado por Arrigo da Campione y está decorado con estatuillas de terracota.
Nos dimos un paseo por Vía Emilia para luego ir hacia la Chiesa de San Carlo. Desde allí subimos a la Piazza Roma, donde se encuentra el Palacio Ducal, que es sede de la Academia Militar. Bajando hacia el coche pasamos por el Teatro Comunale, para después salir a Corso Canal Grande pasando así junto a la Iglesia de San Vicenzo. Tras tomarnos un helado, llegamos al coche para recorrer los 115 kilómetros que nos separaban de Peschiera di Garda.
Una vez pasamos a dejar las maletas a nuestro hotel Rivus Garda, junto a Peschiera di Garda, y tras haber descansado un rato, volvimos a coger el coche rumbo a Sirmione. Allí en su casco antiguo de origen romano, pueden entrar en el castillo medieval de la imagen desde donde se domina el Lago di Garda.
En la foto de abajo me pueden ver con la puesta de sol a mi espalda y con fondo la parte occidental del lago, y como siempre con el Estudiantes presente en todos mis viajes.
Pasamos por Bardolino para continuar con el coche hacia Garda, lugar al que llegamos ya casi con el sol enteramente puesto. Dejamos el coche en uno de los parkings de pago que hay, y nos acercamos entre calles a ver el Lago desde ese margen.
Garda es un lugar de veraneo que cuenta con multitud de hoteles y
restaurantes para los turistas, pero sigue manteniendo algo de su encanto como se ve en las fotos de arriba y abajo con los chiringuitos del paseo marítimo iluminados.
Mientras estábamos disfrutando de un paseo por la costa, vimos a algunos con canoas que venían de entrenar, ya que muchos italianos utilizan este Lago para hacer piragüismo, canoa o kayak. Abajo me ven con el Lago y a mi espalda el pueblo de Garda iluminado.
Como es un pequeño pueblo, también es buen lugar para descansar y reflexionar, no oyendo el sonido de las olas como en el mar, pero si con la frescura del agua del Lago. Al fondo yo sentado en un banco a mano izquierda de la imagen con el puerto al fondo.
Después del paseo tocaba ya volver al hotel, ya que aunque sólo separan 22 kilómetros Garda de Peschiera di Garda, las carreteras son malas y como te toque un ciclomotor delante, puedes llegar a ir muy despacio.
Tras pasar junto a la fortaleza de Peschiera di Garda, continuamos hasta nuestro hotel, ya más cercano a la autopista que al Lago, para cenar fruta, un vaso de leche y algún bollo mientras veíamos algún programa infame de ese canal llamado Telecinque, que al igual que el Telecinco de aquí, es del grupo Mediaset.
Para la siguiente etapa les contaré nuestra visita a Verona o Pádova, y nuestra llegada a Venecia, ciudad preciosa donde las haya.
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