Italia 2012: Día 4 Pisa-Lucca-San Gimignano-Siena-Roma

El día volvía a arrancar temprano desayunando junto al claustro del ex-convento que hace ahora las veces de hotel. La verdad que Santa Croce in Fossabanda es un sitio curioso y muy recomendable con unos croissants sencillamente espectaculares de desayuno.




Nuestra primera parada iba a ser en el vecino Lucca y para ello dejamos el coche fuera de las murallas por medio euro la hora, 1€ más barato que nada más cruzar la muralla, además de que siempre es bueno andar un poco.


Así que entramos por la vía Buiamonti hacia la Basílica de San Frediano cuyo interior pese a ser austero, tiene unos bellos capiteles procedentes del anfiteatro romano. También destaca la bella pila bautismal con escenas de la vida de Moisés.




Desde allí pasando por la Iglesia de San Michele in Foro o el Palacio Ducal, llegamos a la Catedral de San Martino de la siguiente imagen, dedicada a San Martín de Tours. En el interior se pueden observar un antiguo crucifijo de la Santa Faz. 




Para la vuelta al coche pasamos por la Torre y el Palacio Guinigi, o también por la plaza del Anfiteatro o del mercado. Tras atravesar las murallas de nuevo 123 kilómetros nos separaban de San Gimignano, que iba a ser nuestra siguiente parada. 


 

En la foto de arriba San Gimignano al fondo sobre la colina. Este pueblo de origen medieval es famoso por sus torres (imagen de abajo) así como por las murallas que lo rodean. Tuvimos la fortuna de ver espectáculos medievales como bailes o luchas con espadas durante el poco más de una hora que estuvimos.






Además de eso también es digno de mención los frescos del Duomo o la piazza de la Cisterna. Tras abandonar San Gimignano, que poco a poco se iba llenando de más y más gente que iba a pasar el día allí, pusimos rumbo a Siena, concretamente al Palasport Mens Sana, sede del equipo Mens Sana Basket Siena.



Como había una puerta abierta, nos colamos a ver el santuario del Montepaschi Siena, y la verdad que no defrauda a pesar de que sólo tenga capacidad para 7000 espectadores.



   Desde allí fuimos a aparcar a la zona del estadio Artemio Franchi, uno de los peores estadios que haya visto con casi todas sus gradas portátiles para un equipo que juega Serie A.





El estadio multiusos tiene capacidad para 15.000 espectadores, y fue construido en honor al presidente de la federación italiana de mismo nombre, que precisamente murió en Siena.



Empezábamos yendo a la Piazza del Campo donde se encuentra el Palacio Comunal de Siena junto con su torre, a la que no subimos porque había que pagar.




Aquí pueden ver mi cabeza y la de mi hermano detrás de la impresionante Fonte Gaia situada en esta Piazza del Campo, que si por algo es distinguida es por su forma de concha con pendiente hacia el Palazzo.




También era día de celebración en Siena y por ello pudimos ver este colorido ambiente frente al bonito Duomo. Las banderas eran lanzadas al aire para después ser recogidas y zarandeadas al son formando así un inolvidable espectáculo.


Ya podrán ir pensando por qué les decía en la anterior etapa que Siena iba a ser una de las gratas sorpresas del viaje. Así que como ya habíamos comido y decían acertadamente que no se podía uno perder el Duomo por dentro, cogimos la Opa Si Pass por 12€ cada una que daba derecho a entrar al Duomo, al Baptisterio, a la Cripta, al Museo della Opera, a la terraza panorámica del Duomo y al oratorio de San Bernardino.




El Duomo impresiona por fuera con su estilo gótico obra de Pisano, pero también por dentro con el mármol blanco y verdoso acompañado de cuadros de Donatello, Pinturicchio o Peruzzi.



Pero lo que más llama la atención es el pavimento, en el que se pueden observar diversas escenas religiosas y paganas con multitud de figuras pulcramente talladas. 




Los suelos sólo se descubren al público 2 meses al año para que se conserven y afortunadamente tuvimos la suerte de verlos. Aquí otro mosaico en el suelo con el famoso púlpito de Nicola y Giovanni Pisano al fondo.




Tras ver el par de estatuas que hay de Miguel Ángel en la catedral, bajamos a la cripta, para posteriormente ir al magnífico Batisterio dónde se encuentra la pila bautismal con bajorrelieves de Donatello, Ghiberti y otros escultores del siglo XV.



Para seguir aprovechando el Opa Si Pass fuimos al Museo dell’Opera dónde se puede admirar obras de arte como la Rosa d’oro del Bernini o la Madonna con Bambino di Donatello entre otras. Los techos también brillan por su belleza como ven en la foto.




Y ya para acabar con la plaza del Duomo subimos a la terraza panorámica del Duomo Nuovo, desde donde se ve Siena desde las alturas como demuestra esta foto del Duomo.




Como también estaba incluido el oratorio en el bono, pues fuimos a la piazza de San Francesco a verlo. Cerca de la plaza también está la Basílica de San Francisco de la imagen de abajo, lugar donde se conservan 223 ostias sagradas desde el 1730.




Ya después de ver esta basílica, sí que tocaba volver al coche tras más de 3 horas en una Siena que me sorprendió gratamente y que aconsejo visitar. Nos separaban 235 kilómetros aún de Roma en los que tuvimos algo de tráfico al ser domingo y volver la gente a sus casas. 

Además para entrar hacia nuestro hotel había que pasar por la Vía del Estadio Olímpico, y la Lazio iba a jugar apenas una hora después partido de Liga, así que estaba la vía colapsada con gente aparcando a ambos lados de la calzada. Pero bueno para poco más de las 8 de la tarde ya estábamos descansando un rato en la habitación de nuestro hotel Pacific tras haber aparcado el coche en el parking gratuito del hotel, algo que se agradece mucho en Roma.

Tras prepararnos unos bocadillos con la barra de pan que habíamos comprado en Siena y el embutido de Madrid que aún nos sobraba, salimos a dar una vuelta para ver cómo es Roma de noche. Tras pasar delante de la entrada del Museo Vaticano, a donde iríamos el día siguiente, seguimos bordeando El Vaticano hasta entrar por un lateral en la Piazza San Pietro de la imagen, que casi luce más bonita de noche que de día.



Desde allí siguiendo hacia el río por la vía de la Conciliazione, llegamos al Castillo de San Angelo ya entre lluvias. Desde allí por el puente de mismo nombre pasamos hacia Corso Vittorio Emanuele II.




Tras pasar frente a la Parrochia de Santa Maria in Vallicella, tuvimos que hacer un alto en el camino antes de girar hacia la Piazza Navona bajo un toldo junto con unos franceses que estaban esperando el bus porque había empezado a diluviar. Estos más de 10 minutos de diluvio los aproveche para comerme el bocadillo ya que ya eran las 10 de la noche y había hambre.

Por fin paró de llover y pudimos recorrer los poco más de 100 metros que nos separaban de la magnífica Piazza Navona, que luce muy bonita de noche a pesar de que la iglesia de Sant'Agnese in Agone no está iluminada.



Tras atravesarla seguimos nuestro paseo bajo la fina lluvia pasando cerca del Panteón sin casi saberlo por lo que no lo vimos, para luego seguir hasta Piazza Colonna, llamada así por la columna que reposa en ella. Desde allí por fin llegamos a la Fontana de Trevi con sus más de 40 metros de longitud.



Aquí con mi padre ante semejante fuente, que impresiona muchísimo la primera vez que la ves. Esta fuente terminada en 1762 por Giuseppe Pannini tras haber sido empezada por Nicola Salvi en 1732 gracias al papa Clemente XII. Lo más bonito de la fuente sin duda el Dios atlético Neptuno de Pietro Bracci.
 


Queríamos ver Piazza di Spagna de noche, así que hacia allí fuimos, aunque no sin perdernos por hacer caso al GPS de reloj de mi padre ya que nos metimos por Via di Porta Pinciana y desde allí no hay salida.



Al final salimos a la iglesia de Trinità dei Monti, bajamos esas desangeladas escaleras por la lluvia y cogimos el metro en Spagna hasta Cipro. Desde la parada hasta el hotel teníamos 5 minutos andando, así que para las 11 ya estábamos descansando en la habitación tras otro día duro.

En la siguiente etapa les contaré nuestro "paseíto" por Roma que seguramente fue de unos 20 kilómetros fácilmente entre recorrer el Museo Vaticano un par de veces y ver multitud de monumentos. Un saludo!

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