Pues el día amanecía bastante nublado también, pero a las 8 estábamos desayunando de buffet para irnos hacia el Museo Vaticano. A las 8:45 ya estábamos esperando en la cola para entrar y a las 9:15 ya estábamos dentro. Como lo que queríamos era disfrutar de la Capilla Sixtina sin aglomeración de gente, pues fuimos saltando salas por el recorrido corto hasta llegar a la parte más famosa del Museo Vaticano.
Allí en la Capilla Sixtina en ese momento estaríamos poco más de 100 personas por lo que pudimos disfrutar de la belleza pintada por Miguel Ángel sin agobios pero sin poder hacer fotos. Desde allí volvimos a la pinacoteca por salas que en ese momento estaban desiertas como la de arriba, y volvimos a empezar el recorrido tras visitar la pinacoteca, los museos gregorianos egipcio y etrusco o el Padiglione de la Carrozze entre otros.
Aquí en la foto de abajo pueden ver alguna de las impresionantes salas del Museo Vaticano como esta Galleria delle Carte Geografiche, que como su nombre indica son pinturas de mapas antiguos.
Esta vez sí hicimos el recorrido largo pasando por la Sala Sobieski, la stanze di Rafaelo o el Appartamento Borgia, ya entre multitud de visitantes.
Y volvíamos de nuevo a contemplar la Capilla Sixtina, que la verdad que la primera vez que habíamos pasado no me había parecido tan impresionante como te la pintan. En mi opinión es mucho más pequeña de lo que imaginaba, aunque es indudable que no se puede poner en duda su extraordinaria belleza, así como su utilidad en los cónclaves papales.
Como esta vez había más de 400 personas y todo el mundo echaba fotos, pues no íbamos a ser menos, así que tanto en la imagen de arriba como en esta pueden ver uno de los mayores logros de Michelangelo acabada de pintar en 1512.
Bueno ahora sí que había llegado el final de nuestro recorrido por el Museo Vaticano, así que bajamos por esta esplendorosa escalera para salir por donde habíamos entrado, es decir por el lado opuesto de El Vaticano a la plaza de San Marcos.
Tras volver a dar el mismo paseo que el día anterior por la noche rodeando El Vaticano por fuera, volvimos a entrar por el lateral de la Plaza de San Marcos para subir en primer lugar a la cúpula de la Basílica de San Pedro.
Esta cúpula empezada por Miguel Ángel y terminada por Giacomo della Porta tendría que ser parada obligatoria en todas vuestras visitas por las impresionantes vistas de la ciudad de Roma que se disfrutan.
Además te sirve para ver la pequeña ciudad de El Vaticano por dentro como en la siguiente imagen, con los jardines y edificios interiores.
Aquí me ven a mí con una Roma de fondo que es difícil de alcanzar con la vista debido a los kilómetros que se expande.
No podía faltar la impresionante Piazza San Marco, aún más increíble desde las alturas con su prolongación en la Via della Conciliazione.
Aquí otra panorámica de Roma con el monumento a Víctor Manuel II destacando en el centro de la imagen en blanco inmaculado.
Y ya antes de bajar una última foto, esta vez al castillo de San Angelo desde las alturas con el río Tíber junto a él. Nosotros subimos y bajamos un trozo en ascensor por 7€, pero si quieres hacer todo a pie sólo pagas 5€, aunque si bien es cierto que de las estrechas escaleras desde la base de la cúpula no te libras de ninguna de las maneras.
Ya cuando bajamos, entramos a ver la Basílica por dentro, en donde se encuentra la Piedad de Miguel Ángel terminada en 1499 y hecha en mármol.
El espacio interior de la basílica pasa por ser el más grande de una iglesia cristiana en el mundo, pero no sólo por ello es impactante sino también por cosas como este Baldquino de San Pedro de la imagen que cubre el Sacro Altar Pontificio y que fue construido en bronce por Gian Lorenzo Bernini entre 1624 y 1633.
También impresiona el presbiterio con la Cátedra de San Pedro realizado también por Gian Lorenzo Bernini entre 1656 y 1665, con una composición barroca enmarcada por pilastras con el trono de bronce como parte central bajo el cual se encuentra una silla de madera guardada como reliquia desde la coronación como emperador romano de Occidente de Carlos el Calvo en el siglo IX.
El exterior de la Basílica también es imponente con sus 136 metros de altura hasta la cúpula. La fachada principal de la imagen con sus 42 metros fue construida por Carlo Maderno entre 1607 y 1614 está coronada por 13 estatuas de 5,7 m de Cristo Redentor, Juan el bautista a su derecha, y once de los doce apóstoles, excepto San Pedro que ya está representado en esta escultura de abajo a la izquierda que precede a la Basílica.
Bueno pues tras hacer unas fotos para el recuerdo con la Basílica o con la Piazza San Marco fuimos yendo de nuevo hacia la otra orilla del río pasando frente al castillo de San Angelo hasta la Iglesia de San Giovanni dei Fiorentini de la foto de abajo.
Tras comer una pizza, entrante y coca cola por 10€ en el Cafe Paparazi en la calle Corso Vittorio Emanuele II, cogimos la encantadora Via Giulia para luego girar por Via dei Farnesi hacia la Piazza Farnese. Desde allí ya fuimos a la Plaza Navona cruzando el campo di Fiori.
Tanto en la foto de arriba como en la de abajo se ve la iglesia de Sant'Agnese in Agone acompañado de 2 de las 3 fuentes que adornan esta Piazza Navona.
Esta vez sí que tocaba pasar por el Panteón, no como la noche anterior, y para allá que fuimos. Este Panteón de Agripa además es una iglesia en la que se celebran misas y sobre todo bodas.
Tras ver los numerosos frescos que adornan el interior, nos encaminamos hacia el Área Sacra de Largo di Torre Argentina, antiguo templo romano del que se conservan las ruinas que podéis ver en la siguiente foto.
Desde allí bajamos de nuevo hacia el río pasando por el Museo Ebraico de Roma, cruzamos por el ponte Fabricio a la Isola Tiberina saliendo de ella por el Ponte Cestio, para acabar finalmente llegando a la Boca de la Verdad situada en la iglesia de Santa Maria in Cosmedin de la foto de abajo tras haber cruzado el Ponte Palatino.
Una vez esperada la cola para hacernos la foto en la Boca de la Verdad, entramos a visitar la iglesia antes de seguir nuestro paseo hacia arriba por la via Luigi Petroselli o la via del Teatro di Marcello hasta Santa María in Aracoeli y la Lupa Capitolina pasando frente a la Basílica de San Nicola in Cancere.
Las vistas desde detrás de la Iglesia situada en este monte Capitolino son muy bonitas como se puede ver en esta foto con las ruinas romanas entre las que sobresale el Coliseo.
También se puede ver desde allí el Foro Traiano o el Mercado de Trajano, y eso que no subimos a una terraza panorámica del Museo Centrale Del Risorgimento porque eran 5€ creo recordar y ya desde allí se tenían buenas vistas.
La iglesia de Santa María in Aracoeli aunque no diga nada por fuera, tiene un interior de lo más bonito con frescos de Pinturicchio, con el techo de madera o la tumba de Giovanni Ceivelli obra de Donatello.
Aquí me pueden ver a mí con el colindante Museo Centrale Del Risorgimento, enclavado en el Monumento a Víctor Manuel II.
La verdad que este Monumento a Víctor Manuel II es uno de los monumentos más impactantes de todo Roma con sus columnas corintias o con sus escaleras construidas en mármol blanco que se ven desde cualquier punto alto de la ciudad. En el monumento también se encuentra la tumba al soldado desconocido.
Tras esto entramos en la Chiesa di Santa Maria di Loreto, iglesia que esta frente al monumento de Vittorio Emanuele II y en la propia Plaza del Campidoglio.
Desde allí fuimos subiendo hacia la plaza del Quirinale pasando por la piazza Venezia, para luego ir como el día anterior a la Fontana di Trevi, y ya de paso aprovechar a tirar una moneda para volver de nuevo.
Todavía eran las 6 y media, así que pese a que llevábamos todo el día andando, fuimos a la Plaza de la República pasando por el Palacio de Exposiciones. Aún andamos hacia la Iglesia de Santa María della Victoria, bajar a la Iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane y continuar hasta la Fuente del Tritón de Gian Lorenzo Bernini.
Allí en Barberini, lugar dónde se encuentra esta fuente, ya cogimos el metro hasta Cipro pasadas las 7 y tras más de 20 kilómetros sin duda en nuestras piernas. Ya en Cipro paramos a comprar en un Carrefour Express que había junto al metro algo de cena, y a descansar al hotel que ya nos lo habíamos merecido.
En la próxima etapa: Coliseo, foro, termas de Caracalla y un poco de turismo deportivo Palazzetto dello Sport, la pista Nicola Pietrangeli y el Estadio Olímpico de Roma.
0 comentarios:
Publicar un comentario