Este iba a ser nuestro último día en Oporto antes de venirnos para Madrid, así que había que aprovecharlo al máximo. Tras levantarnos a las 8 y desayunar, nos dirigimos de nuevo hacia la Estación de Sao Bento, dónde ya habíamos estado en días anteriores pero que al pillar de paso en nuestro camino a la Catedral, pues entramos a verla por última vez.
Tras asomarnos a la estación, fuimos hacia esa Sé de Oporto, una catedral que no me impresionó ni por dentro ni por fuera, pero de la que sí tendría que quedarme con algo me quedaría con su portada principal.