Y llegaba el día, ese día en el que iba a cumplir uno de mis sueños, como era el ver un partido de la NBA en directo, motivo por el cual fuimos a Nueva York principalmente. La verdad que ya que íbamos, pues cogimos una entradas buenas, en un lateral por unos 250$.
Además no era un partido cualquiera, porque enfrente de los Knicks estaban los Miami Heat de mi tan odiado LeBron James, a quién como ya habréis leído le dedique una pancarta que ya visteis y veréis de nuevo en otra foto.