Arrancaba el primer día con el Atlético de nuevo supercampeón de Europa, íbamos a levantarnos a las 7 y media, pero como hasta pasadas la 1 no nos dormimos, pues ni oímos el despertador, así que amanecimos a las 8 y media. Para antes de las 9 estábamos desayunando en nuestro hotel de Menton de nuevo a la vez que la familia del Chelsea, para salir a las 9:30h por la costa hacia San Remo, donde no llegamos a entrar porque había una carrera motociclista que lo hacía prácticamente imposible.
Así que un poco antes de San Remo y viendo el monumental atascazo que nos iba a costar más de 2 horas entre entrar y salir del pueblo, decidimos coger la autopista rumbo directamente a Génova. La primera parada en esta ciudad portuaria fue el Stadio Comunale Luigi Ferraris, que comparten el Genoa con la Sampdoria, el cual como pueden ver en la foto de arriba es bastante feo todo sea dicho.
Desde allí bajamos en coche hacia el centro, pasamos con el coche hacia la plaza de Ferrari, y aparcamos en una calle cercana pero a diferente nivel ya que Genoa es una ciudad con varias alturas de las calles como verán luego. La iglesia de la foto de abajo fue una de las que vimos por el camino, que me ha sido imposible encontrar su nombre.
No podíamos olvidarnos del Palazzo Ducale, construcción de estilo gótica edificada en el siglo XIII que nos deslumbra con su impresionante fachada exterior.
Desde allí fuimos a la Piazza de San Lorenzo, donde se encuentra el Duomo de mismo nombre de la foto de abajo. Nos tomamos una birra Peroni en el Caffe del Duomo para así ir al servicio antes de proseguir hacia el puerto.
Allí en el puerto nos encontramos con que estaban desmontando un mercadillo que había habido, pero aún así nos asomamos a ver este puerto que sigue siendo uno de los puertos más importantes del Mediterráneo. Destacan la torre della Lanterna o este Galeote Neptuno de la foto de abajo.
Tras pasar por la Chiesa San Pietro di Banchi, volvimos por la enorme Piazza de Ferrari, donde hay uno de esos tantos monumentos a Garilbadi que se ven por toda Italia, esta vez a caballo.
Desde allí ya volvimos a coger el coche a la calle cerca de Via Dante Alighieri en la que le habíamos dejado, que como pueden ver estaba a distinta altura que la Piazza Ferrari por ejemplo.
Como sólo nos separaban 30 kilómetros de Santa Margheritta de Ligure, aprovechamos para comer allí. Muy bonito sin duda este pueblo enclavado en el golfo de Tigullio en el que su puerto con palmeras es su atracción principal. También es recomendable ir a Portofino y a la bahía cercana de San Fruttuoso pero eso lo dejamos para otra vez al ir muy justos de tiempo.
Así que tras comer unos spaguettis frutta di mari riquísimos era hora de continuar hacia Pisa, pues aún nos quedaban 138 kilómetros por recorrer y ya eran las 4 de la tarde. Tras olvidarnos de parar en La Spezia por falta de tiempo, llegamos para las 6 a este impresionante Campo di Miracoli tras dejar el coche en un parking público cercano.
Desde luego que este es uno de esos sitios que a pesar de ya saber de antemano lo que vas a ver, realmente impresiona. Cogimos los tickets para 2 monumentos y elegimos la Catedral y el Baptisterio. Así que entramos primero a la Catedral que cerraba antes, y también es muy bonita por dentro.
Sin duda creo que ya habíamos comprobado que la belleza interior de las catedrales italianas es indudable y con los mármoles blancos y negros que adornan este edificio del siglo XI.
La fachada exterior también impone con mármoles multicolores, mosaicos y arcos de perfil agudo con clara influencia musulmana.
En la foto de arriba con mi padre y el Duomo de fondo, y en la de abajo con mi hermano y el Baptisterio, que sin duda es mucho más bonito por fuera que por dentro.
El edificio de estilo románico acabado en 1363 es muy vasto por dentro como pueden ver con la sola presencia de una pila bautismal octogonal como única decoración.
El baptisterio es el más grande de Italia con 55 metros de altura y un perímetro de 107 metros, pero aún así igual es mejor visitar antes el Camposanto que este baptisterio.
Aquí las vistas desde arriba con el Duomo y la Torre de Pisa al fondo. Esa vista junto con la pila bautismal es lo único que merece la pena del baptisterio.
Aquí con la elástica del supercampeón en las escaleras que subían arriba del baptisterio, edificio que se usaba para los bautizos y que es muy común en Italia, pero que para los españoles, o al menos para mí, nos resulta extraño.
Y aunque no subimos a la torre inclinada por aquello de no pagar los 18 € que cuesta la broma de subir, si había que fotografiar al menos esta construcción tan conocida por llevar inclinándose desde que se empezó a construir en 1173.
Aquí con el duomo y la Torre inclinada que hace las veces de campanile de la catedral con sus 55,7 metros de altura.
Tras dar un paseo por la zona tras el que acabamos en el hospital colindante a la facultad de Medicina, tuvimos que volver hacia la plaza del Duomo ya que no había forma de salir del hospital hacia la via Bonanno Pisano.
Tras comprar leche en el supermercado que había junto al parking donde estaba el coche, ya fuimos en él hasta casi la otra punta de pisa, hasta el ex-convento de Santa Croce in Fossa Banda donde nos íbamos a alojar.
Ya después de dejar las cosas nos fuimos a dar un paseo por la ribera del río hasta cruzar a la otra orilla por el Ponte di Mezzo.
Desde allí bajamos por Corso Italia hasta la Chiesa di Santa Maria del Carmine, antes de girar a la izquierda y volvernos hacia el hotel por el Ponte Al Polietama y pasar por delante del Palacio de Congresos. Ya en el hotel un poco de fruta, un vaso de leche con bollos y a leer un rato antes de dormir tras un día largo en cuanto a kilómetros en coche se refiere.
En la próxima etapa les contaré la sorpresa del viaje por lo tanto que me gustó: Siena, además de Lucca, San Gimignano o la llegada a Roma.
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