Italia 2012: Día 7 Roma-Perugia-Florencia

A primera hora de la mañana abandonábamos nuestro hotel Pacific de Roma tras 3 noches y muy buenos desayunos, pero teníamos que dormir en Florencia esa noche, así que hacia allí salimos en torno a las 9 y media. La primera y única parada de esta etapa iba a ser Perugia.


Allí tras recorrer los 170 kilómetros que la separan de Roma, paramos concretamente en el estadio Renato Curi, horrorosamente feo como pueden ver en la foto de arriba.

Perugia es una ciudad que está totalmente en cuesta, así que les aconsejo que aparquen exactamente en el parking de la Plaza del Partigiani si no quieren hacer esfuerzos innecesarios. Desde allí se sube por escaleras mecánicas hasta la Roca Paolina, para salir al Corso Pietro Vannucci, calle principal de Perugia.

Por esta calle se llega a la Piazza IV Novembre donde se encuentran la Fuente Mayor y el Palacio del Priori. Junto a la plaza también está la catedral de Perugia.


Abajo pueden ver una foto de los techos del Palacio del Priori, al que se entra subiendo esas escaleras de la foto de arriba.


Perugia es una ciudad bonita para callejear, como hicimos nosotros yendo por la vía Cessare Battisti hasta la Universidad para extranjeros de Perugia.


Como pueden ver la ciudad está entera en cuesta, y para no bajar tanto han hecho cerca de la Via Appia ese puentecito en hormigón que evita un más pronunciado descenso.


Desde allí vuelta por la vía Escocesa y luego por unas escaleras que llevan a un mirador desde dónde se puede ver toda esa parte de Perugia. Pasamos por la Piazza Piccinino para salir a Vía Alessi continuando por Vía Baglioni hacia Piazza Italia para volver a bajar por la Rocca Paolina hasta el aparcamiento.

De nuevo tocaba otro rato de coche, esta vez 156 kilómetros, pero para las 2 ya estábamos en nuestro hotel La Pergola, situado en la Via Antonio del Pollaiuolo, un poco alejado del centro, pero nada que no pueda solucionar 5 paradas de tranvía que se coge en la cercana Vía de Sansovino a 1,20€ el billete. Además puedes dejar el coche gratis en un parking cercano, así que perfecto para la gente que viaja con coche como nosotros. 

El tranvía te deja en la Piazza della Stazione, así que tras comer en una trattoria cercana, nuestra primera parada iba a ser la iglesia de Santa María Novella (foto de abajo) a la que no entramos porque costaba 5 euros y tampoco íbamos sobrados de tiempo.


La siguiente parada iba a ser la Piazza del Duomo, la cual es muy bonita con el propio Duomo y el Battisterio, que pasa por ser el edificio más antiguo de la ciudad.


Ya aprovechamos para entrar al Duomo, también conocido como Santa María del Fiore, que es mezcla de estilo gótico y del primer Renacimiento italiano. Al igual que el Duomo de Siena, también está hecha de mármoles blancos, verdes y rosas, que recuerdan la riqueza y el poder de la capital toscana en los siglos XIII y siglo XIV.


A pesar de que sus dimensiones son enormes: 153 m de largo por 130 m de ancho y 107 de alto desde la base hasta la cima de la cúpula, el interior es sombrío y da una impresión de vacío, con sólo algunos frescos en las paredes como el de los "Cuatro Profetas o Evangelistas" pintados por Paolo Ucello o el "Dante y la Divina Comedia" de Domenico di Michelino.


La cúpula, de 45,6 metros de ancho fue diseñada por Lorenzo Ghiberti y especialmente por Filippo Brunelleschi, quien tuvo que inventar máquinas elevadoras especiales y grúas para izar las piedras grandes. El trabajo de la cúpula comenzó en 1420 y fue completado en 1436, año en el que fue consagrada por el Papa Eugenio IV siendo la primera cúpula octogonal en la historia que se construyó sin el soporte de un marco de madera. 



Como la Galería de la Academia cierra a las 18:50, para allá que fuimos antes de que se nos hiciese más tarde. Tras 45 minutos de cola, conseguimos entrar sin tener reserva previa ni nada, y ver esa impactante escultura que es el David. La verdad que por mucho que lo hayas visto en fotos, sólo en persona se comprueba su grandiosidad con la anatomía del cuerpo humano perfectamente tallada por Miguel Ángel. En definitiva algo que no te cansarías de ver una y otra vez, ya que te seguiría emocionando como la primera vez.


Además del Miguel Ángel en la Galería de la Academia hay más salas que visitamos, pero entre que las obras que se pueden observar no son demasiado conocidas ni llamativas en mi opinión y que es casi imposible superar esa sensación que te ha transmitido el ver el David, pues todo se empequeñece. Si vais a Florencia tenéis que ver el David sí o sí, ya que para mí sólo La Gioconda o El Guernica han conseguido transmitirme esa sensación de estar ante algo eterno, perfecto e insuperable.

Tras salir de la galería, volvimos hacia la piazza del Duomo para subir al Campanile de Giotto, para lo que pagamos 6€. También pueden subir a la cúpula del Duomo por 8€, pero nosotros puestos a subir elegimos el Campanile que tiene aproximadamente la misma altura. Tras 414 escalones, llegas arriba de este campanile finalizado en 1359 por Andrea Pisano desde el que se domina Florencia.


Abajo pueden ver la cúpula del Duomo con la gran linterna ideada por Brunelleschi que se inició unos meses antes de su muerte, en 1446 y finalmente fue completada por su amigo Michelozzo en 1461. El tejado cónico, fue rematado por Verrocchio en 1469, con una capa de cobre y una cruz que contenía reliquias, que supone una altura total de 114,50 metros entre la cúpula y la linterna. En definitiva esta cúpula de Florencia es un monumento perfecto que destaca sobre la ciudad.


Tras bajar los más de 400 escalones del Campanile, era hora de ponerse a admirar esa réplica de la Puerta del Paraíso de Lorenzo Ghiberti, ya que la original se encuentra en el museo dell'Opera del Duomo y acaba de ser recientemente restaurada.


Tras pasar por la Basílica de San Lorenzo rodeada de puestos para comprar y traernos una bufanda de la Fiorentina de recuerdo, fuimos por la calle de abajo con el Campanile al fondo sobresaliendo por encima de las casas acompañado de multitud de motos y coches pequeños como Smart, Fiat Panda o Punto que son los coches que habitualmente se ven por las ciudades italianas.


Por esa calle continuamos hasta la bonita Piazza de la Repubblica que en sus 75x100 metros de tamaño acoge tiendas, cafés como el famoso Giubbe Rosse o unos caballitos para los niños. Antes acogía el mercado y por eso antiguamente se llamaba Piazza del Mercato Vecchio. Junto a la plaza también se encuentra el Palazzo Strozzi.



Otro de los sitios a visitar es la Piazza della Signoria con el Palazzo Vecchio que pueden ver abajo. En su interior, el palacio acoge el Museo dei Ragazzi además de las oficinas del Ayuntamiento de la ciudad. En el exterior del Palazzo se encuentra una copia del David además del Hércules y Caco de Baccio Bandinelli al igual que la Fuente de Neptuno de Ammannati. Delante de la entrada se encuentran dos esculturas en mármol: una masculina de Vincenzo de'Rossi y otra femenina de mano de Bandinelli, las cuales sostenían antiguamente una cadena para delimitar la zona de acceso al palacio.


Junto al Palazzo Vecchio se encuentra la Logia de la Señoría o dei Lanzi, un pórtico que acoge esculturas de la colección de los Médicis como el Perseo de Cellini o el Rapto de las Sabinas de Giambologna. También hay que destacar que el original David de Miguel Ángel estuvo en esta Piazza de la Signoria hasta el 1910 en el que fue trasladado a la Galería de la Academia.


Pasamos junto al Palacio Bargello o el Palacio de los Ofizzi y llegamos junto al río Arno, que pueden ver en la foto de abajo junto con el Ponte Vecchio a mi espalda mientras el sol se iba poniendo y reflejándose en el río.


El Ponte Vecchio actual fue construido inicialmente en piedra en 1345 según un diseño de Taddeo Gaddi con tres arcos, siendo en este momento el puente más antiguo de Europa y tras ser el único de Florencia que sobrevivió a la II Guerra Mundial. En su interior contiene distintas tiendas y entre ellas varias joyerías. Se cree además que el término Bancarrota se originó en este puente, debido a que cuando un vendedor no podía pagar sus deudas, su mesa para la venta de mercancías era rota por los soldados: banco+rotto, bancarrota, y desde ese momento al no disponer ya de una mesa el comerciante no podía vender sus mercancías.


Aún quedaba tiempo para la puesta de sol así que subimos andando a la Piazzale Michelangelo, desde donde se ven unas preciosas puestas de sol como comprobaran en la foto de abajo, aunque nosotros llegamos unos minutos más tarde de la puesta de sol y ya sólo se ve el resol sobre el río Arno. 


En la foto de abajo se ve el Campanile así como la Cúpula del Duomo o la torre del Palazzo Vecchio justo antes de anochecer con la última luz del día.


En la siguiente foto se vuelve a ver el Campanile, la Cúpula del Duomo o la torre del Palazzo Vecchio junto con la Basílica de Santa Croce a la derecha ya iluminados.


En definitiva precioso lugar para echarse unas fotos tanto de día, como con la puesta de sol o como en mi caso con la ciudad iluminada pasadas las 8 de la tarde. Puedo decir sin temor a equivocarme que desde este punto se obtienen las mejores vistas de Florencia, así que si vais no os lo podéis perder.


Allí arriba se encuentra el David falso, una mala copia del David de Miguel Ángel que da nombre a este plaza convertida en aparcamiento y punto de venta de muchos vendedores ambulantes.


Para bajar pasamos por la Piazza de Giuseppe Poggi para cruzar esta vez por el Ponte alle Grazie y llegar a la Piazza Santa Croce, donde está la basílica de mismo nombre de la imagen de abajo.


Ya era hora de cenar así que hicimos una parada en nuestro camino a la estación para cenar. Tras tomar una rica pizza continuamos el camino hasta el tranvía que nos habría de llevar de vuelta al hotel completando así un día completo. En torno a las 10 y media ya estábamos descansando tras haber visto Florencia en unas 8 horas. 

En la siguiente etapa les contaré mi viaje hacia Peschiera di Garda, a la orilla del Lago di Garda, pasando por Bolonia y Módena.

0 comentarios:

Publicar un comentario