El Atlético volvía al Calderón después de la victoria del jueves ante el Celtic de Glasgow con la intención de demostrar que las cosas habían cambiado, y vaya que si lo demostró. Aunque hay que decir que enfrente tuvo a un Racing de Santander, que fue incluso peor equipo que el Celtic y que no llevó peligro a la meta de Courtois en todo el partido.
Antes del partido se homenajeo al equipo Supercampeón de España de balonmano, el nuevo Balonmano Atlético de Madrid capitaneados por el atlético hasta la médula, y santo y seña de este equipo, Joseja Hombrados, quién sin duda vivió ayer uno de los momentos más emocionantes de su vida.
Después del homenaje con los 40.000 aficionados entregados a un equipo que nunca debió de desaparecer, salió Manzano con Reyes, Arda, Diego y Falcao, y aunque el inicio de partido no fue especialmente bueno, a partir del gol de Falcao en el minuto 24, los jugones demostraron por qué tienen que jugar juntos. En defensa jugaron los mismos que el jueves salvo la entrada de Filipe por Antonio López, y en el centro del campo Tiago con Mario cubriendo las espaldas a Diego.
Para los gabistas, decir que ayer no se le echo para nada en falta, lo que vuelve a demostrar que salvo partidos especiales, no deben jugar los 3 mediocentros juntos, y que con dos de ellos junto a Diego es suficiente. Falcao, tuvo una ocasión dentro del área al principio de partido que le quito a Tiago, pero fue su único fallo, ya que cada balón que tocó acabó en gol. El primero de ellos con la izquierda a la cepa del palo, en un remate de auténtico killer.
El Atlético dominó completamente el choque desde el gol, y el Racing desapareció si es que alguna vez llegó a estar sobre el campo. El segundo tanto llegó en el minuto 36 de penalti. Diego regateo a Osmar y el central del Racing pico, arrollando al brasileño. Falcao engañó a Toño con 'paradinha' incluida y otro gol para el Tigre que ya dejaba sentenciado el partido al descanso.
Manzano pensaba en el partido que hay que ganarle al Sporting este miércoles en el Calderón antes de acudir al Camp Nou, y retiró a Diego en el descanso. El brasileño dejó detalles de auténtico crack en 45 minutos, ya que comenzó la jugada del primer tanto y provocó el penalti en el segundo. Diego volvió a demostrar que es un jugador imprescindible en este Atlético, y que de momento hasta que descubra el Budha y la noche madrileña, que ojalá que no suceda, nos puede dar muchas alegrías.
También hay que decir que esos 20 últimos minutos del primer tiempo, han sido el mejor juego que recuerde yo del Atleti en los últimos 10 años por lo menos, asociándose, divirtiéndose, llegando mucho y definiendo bien gracias a Falcao. Pero bueno no todo es color de rosa, porque si los fichajes hubieran llegado antes, quizás ahora estaríamos con los mismos puntos que el Madrid o mejor, y de esta manera gracias al fallo de planificación, pues nos tenemos que contentar con 4 puntos de 9 posibles.
Arda siguió a lo suyo en la segunda parte, y ante la ausencia de Diego, que se quedó en la caseta por Adrián, se encargó de que la sala de máquinas colchonera funcionase a la perfección, y vaya que si lo consiguió. A los diez minutos del segundo tiempo, dejo a Falcao en un mano a mano con Toño con un pase sutil solo al alcance de los cracks como él, y el killer colombiano le dio el toque justo picando el cuero por encima de Toño.
En ese momento, ya con 3-0 y el partido listo para sentencia, creyó Manzano que ya era suficiente y que había que guardar fuerzas y sustituyó a Falcao por Pizzi, que debutó como rojiblanco en partido oficial. El colombiano lleva 4 goles en 3 partidos, y ya he demostrado por qué vale 40 millones, ya que cada vez que ha tenido ocasiones de gol han ido al fondo de las mallas, como contra el Celtic y el Racing, ya que ante el Valencia no pudo ni tirar a puerta.
Quedaba aún tiempo para que Arda pusiera un gran balón que cabeceó muy bien Adrián, demostrando así que lo del turco no tiene nombre, desborda, se para, contemporiza el juego, asiste y hasta tira de escándalo. Un taconazo de Adrián que no acertó a definir Juanfran pudo suponer la guinda, antes de que en el descuento Dominguez le quitase a Stuani la única ocasión clara de los cántabros en todo el partido.
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