El viernes tocaba hacer un poco de turismo por Barcelona, y que mejor manera de empezar con ello que yendo a la Sagrada Familia. Eso sí antes de coger el metro, y como habíamos visto que era el único bar cercano al hotel, paramos en un bar de dentro de la estación de Mundet para desayunar.
Haciendo uso del billete de 10 viajes nos presentamos en torno a las 11 y media dispuestos a presenciar tan genial obra de Gaudí, eso sí tuvimos que esperar algo de cola antes de poder entrar a verla y pagar los consiguientes 13€, aunque la verdad que estuvieron bien amortizados.
Las columnas, la luminosidad que entran por las coloridas vidrieras y las fachadas exteriores hacen de este monumento una visita obligatoria al menos una vez en la vida.
Ya desde allí y dándonos un paseíto fuimos a ese lugar mítico para el barcelonismo y que tantas veces han visitado en estos últimos años, como es la fuente de Canaletas.
Después de ver la Catedral y el Ayuntamiento, y como ya se acercaba la hora de comer, pues anduvimos hacia el puerto de Barcelona para después de dar un paseo por el puerto, comer en el Centro Comercial Maremagnum.
Después de tomar un café y de descansar un rato en el Starbucks, pasamos por la estatua a Colón antes de subir al Montjuic y entrar en el antiguo campo del Espanyol, el Olímpico de Montjuic o Lluis Companys.
Aquí en la foto de arriba con Marcos y su sudadera de Duke, con la que los únicos piropos que recibió fueron de tres señoras de más de 50 años, a pesar de pasarse todo el santo día hablando en inglés y diciendo que con esa sudadera iba a ligar mucho con americanas...Pobre iluso!
El primer partido de la jornada empezaba a las 19h, pero a las 18h ya estábamos dentro del pabellón para colgar la bandera del Estudiantes como cada día. Y es que aunque el Estudiantes no estuviera presente físicamente, siempre está en la mente de todos como se encargaron de recordarme aficionados baskonistas y barcelonistas, diciéndome que el año que viene estábamos seguro de nuevo en la Copa y que se nos echaba de menos. Ojalá Dios les oiga y podamos volver a aspirar por retos más apasionantes que la salvación.
Los aficionados sevillanos y malagueños ya estaban en las gradas, y aunque no vinieron en excesiva cantidad si se dejaron oír, en un partido que hay que decir que a pesar de que fue un poco malo, tuvo bastante emoción.
Los malagueños se venían arriba con el 61-65 en el minuto 38 tras un 12-0 de parcial, pero al final fue para acabar muriendo en la orilla.
A pesar del buen hacer de Freeland, Tepic estaba en estado de gracia y acabó sentenciando al Unicaja cortando así la remontada para acabar con el 65-77 final.
Después del derbi andaluz, llegaba el turno del tercer derbi de la Copa, el madrileño entre el Mad-croc Fuenlabrada y el Real Madrid, partido que estuvo muy empatado hasta el final pero que al final se lo llevo él a la postre campeón.
La verdad que fue un partido intenso, emocionante y emotivo incluso para mí que no soy muy devoto del Fuenlabrada, pero había que premiar a los jugadores fuenlabreños por los cojones y las ganas que le echaron en todo momento, y eso fue justo lo que hicieron los Blues a lo más puro estilo (D)emente.
Tras esta jornada de Copa, tocaba volver al hotel esta vez en metro, y como queríamos salir de fiesta y no sabíamos dónde, pues nos decidimos por la parada de metro dónde se bajaba más gente, que no fue otra que Diagonal, dónde nos encontramos un garito muy majo llamado Nick Havanna en el que nos lo pasamos de lujo. Mañana más con la visita al Camp Nou incluida y uno de los mejores y más emocionantes partidos que yo recuerde como fue el Barça-Baskonia.
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