Viaje al Reino Unido: 8º día : Inverness-Fort George-Huntly-Abeerden

La jornada empezaba con un desayuno escocés de tomate, huevo frito, alubias, salchicha y con porridge, una especie de pastel de cereal. Salíamos de Inverness en dirección a Fort George, una bonita antigua fortaleza rodeada por agua en casi su totalidad.


Este fuerte también estaba incluido con la Explorer Pass, y con enseñar la tarjeta te daban un audífono gratis para que siguieras la visita, el cual al pulsar en cada número te iba relatando la historia de las distintas dependencias del fuerte.


Entre paseo y paseo entre cañones, pudimos ver a soldados que estaban en la reserva para cuidar el fuerte. Después de disfrutar de unas maravillosas vistas con la ciudad de Inverness al fondo, llegaba la hora de partir.


Así seguíamos nuestro viaje buscando la catedral de Elgin, que venía en el mapa de los monumentos incluidos en nuestra maravillosa tarjeta de explorador, así que ya que era gratis y tenía buena pinta en las fotos, pues fuimos a verla. 


Como pueden ver no nos arrepentimos de nuestra elección, ya que a pesar de que la catedral estaba en ruinas, era digna de verse si uno dispone de tiempo para ello. Desde allí, y ya que estaba cercano el castillo de Huntly pues también aprovechamos para verlo. 



La verdad que menos mal que era gratis, porque el castillo era un rato feo, se podía andar por sus plantas, pero lo mejor de esta visita desde luego que fueron sus jardines, un remanso de paz y tranquilidad. Así que si no disponen de la Explorer Pass no les aconsejo que paguen y pierdan el tiempo visitándolo.



De vuelta hacia el coche vimos un campo de fútbol, y aunque así a bote pronto pueda parecer un típico campo de equipo de barrio, como si del San Federico mismo se tratase, después nos dimos cuenta de que era de un club con bastante historia pues fue fundado en 1928, y aunque no juegue en la Primera División Escocesa, tiene bastante tradición en la Highland Football League.

Ya desde Huntly, nos dirigimos a Abeerden, pues como ya venía siendo habitual en los últimos días, tampoco teníamos reserva en ningún sitio para pasar la noche, así que después de coger un monumental atasco de entrada a la ciudad, al llegar a las 5 y 30 de la tarde, supongo que la hora a la que los habitantes de Aberdeen acaban de trabajar.


Aunque esta vez el GPS no nos ayudó a localizar un Bed & Breakfast a las primeras de cambio, pues los de la zona por la que entramos a la ciudad estaban todos completos, si nos sirvió para llegar casi por casualidad al campo de ese mítico escocés que con Ferguson en los banquillos logró sus mayores gestas, es decir el equipo de la ciudad, el Aberdeen.

Después de preguntar en otro par de casas, las cuales no encontramos adecuadas para dormir o estaban a rebosar de huéspedes, llegamos por fin a una que aunque por fuera no tenía demasiado buena pinta, por dentro era una casa bastante arreglada, con el único inconveniente de no tener baño propio en la habitación, pero la verdad que el baño común estaba limpísimo, y no hubo ningún problema con ello.


Así que dejamos las maletas y nos fuimos a conocer la ciudad, que aunque no era tan encantadora como Inverness, pues hay que decir que no estaba mal y tenía cosas bastante bonitas. Eso sí tengo que contaros que me quede impresionado cuándo vi una iglesia convertida en una sala para conciertos, cosa que no se ve muy a menudo. 



Una vez vistos algunos edificios tan bonitos como este "His Majesty's Theatre", ya tocaba volver a nuestra casa de huéspedes, de cuyo nombre no puedo acordarme. Editando, y gracias a mi querido padre, decirles que se llamaba Rose Lodge Guest House.

Un saludo y mañana más!

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