Viaje al Reino Unido: 7º día Glencoe-Isla Skye-Lago Ness-Inverness

Empezaba la jornada teniendo que pasar la tarjeta de crédito en el hotel, cosa que nos extraño mucho, ya que ya habían cargado el dinero la noche anterior. Pero bueno en aquel momento pensamos que sería que sólo estaba retenido el dinero, y que al volverla a pagar ya se efectuaba el pago, pero no fue así.

Y cuál fue nuestra sorpresa cuando al volver a Madrid vimos que el cargo del hotel de Glencoe era doble, así que tuvimos que reclamarlo al hotel, y como no razonaban pues ya se encargó VISA de hacer los trámites para devolvernos el dinero. Bueno después a la postre contratiempo, pues salimos en dirección a Fort Wlliams, del que hay que decir que es un pueblo de lo más normal.



Una vez atravesamos Fort Williams, nuestros pasos continuaron por la ribera del Lago Linnhe en busca del Castillo de Eilean Donan, un hermoso castillo situado en el Lago Duich, pero al que no entramos ya que no estaba incluido en la Explorer Pass. 

Desde allí continuamos hacia la Isla de Skye, pues no me quería yo volver de Escocia sin haberla pisado aunque fuera solo en la punta más cercana. Y allí llegamos atravesando ese enorme puente que une Kyle con Kyleakin, y que pueden ver en la siguiente foto al fondo.



Una vez quitado el gusanillo de Skye, llegando hasta el pequeño pueblo de Corry, retornamos por el mismo puente buscando el mítico lago del famoso monstruo, vamos el Lago Ness. En nuestro breve paso por Skye pues pudimos comprar algo para comer, y disfrutar de por supuesto más lagos como el siguiente.



Y ahora sí que volviendo por la A87 nos dirigimos hacia el Lago Ness, a cuya vera comimos unos sándwiches, antes de llagar en torno a las 4 de la tarde a Drumnadrochit, dónde está situado el Urquhart Castle, una preciosidad de castillo desde el que puede disfrutar de todo el Lago Ness en su inmensidad. 




Como pueden apreciar el Urquhart Castle está en ruinas pero no por ello deja de ser un auténtico sitio de peregrinación por sus inolvidables vistas. Hay que decir que este monumento sí que estaba incluido en el Explorer Pass, y que es muy entretenido subir, bajar y pasear entre las ruinas mientras gozas de la brisa del Lago Ness.




Pero después de visitarlo ya nos tocaba partir hacia Inverness, pues tampoco teníamos reservado alojamiento ese día, así que en Inverness nos presentamos a las 6 de la tarde en busca de un Bed & Breakfast donde pasar la noche, y gracias a ese preciado aparato electrónico que nos hace la vida más fácil, y gracias a la guía Marco Polo y a la del propio GPS, pues encontramos un "lodge" rápidamente, y aunque en ese no tenían sitio, el dueño tenía otra casa a 2 calles de distancia, y para allá que fuimos.


Aquí arriba tienen la foto de dónde nos alojamos, la Ardross Guest House, un bajo con un saloncito y 3 camas bastante acogedor, preparado incluso para discapacitados, con plataforma en la ducha para la silla de ruedas. Pues dejamos las maletas, rellenamos un formulario para lo que queríamos que nos pusieran en el desayuno al día siguiente, que si alubias, que si bacon, que si huevo frito o cocido; en definitiva que el dueño lo tenía todo muy bien organizado. 


Inverness la verdad que me pareció una ciudad muy bonita con su río, sus iglesias, sus gigantescos parques, en definitiva una ciudad a la que no me importaría volver, y que les aconsejo que visiten.




Como pueden ver también tiene antiguos puentes para cruzar el rio Ness, y por el que cruzamos para seguir paseando a la ribera del río. La gente era muy amigable la verdad, y siguiendo nuestro paseo nos encontramos a un simpático escocés en bicicleta, que al vernos pinta de turistas se paró a explicarnos muy amablemente lo que era más bonito de la ciudad.




El simpático señor, a quién le hicimos ir a la velocidad de nuestros pasos, nos acompaño durante unos minutos explicándonos que continuando por el río íbamos a llegar a un parque en el que se abría el río como en forma de meandros, y que era muy bonito. Y claro como le dijimos que éramos españoles, y acababa de ganar el Tour de Francia Alberto Contador, pues el hombre nos estuvo hablando del ciclismo español, y que nos envidiaba porque allí en Escocia no había tradición ciclista como aquí.

Pues haciendo caso al hombre seguimos hasta el parque, y la verdad es que hay que reconocer que llevaba razón ya que era un rincón muy tranquilo y bonito con el río divergiendo en varias ramas. 


Ya de vuelta al hotel pasamos por un gran polideportivo, en el que jugaban al fútbol a la vez múltiples equipos, además de tener un sinfín de actividades con un gigantesco gimnasio incluido. Volvimos por otra ruta, para completar nuestra vista a la ciudad, y ya que el señor también nos había dicho que había un canal también muy bonito, pues fuimos a verlo.


Y ya tocaba volverse al hotel, pasamos a comprar la cena incluido un brick de leche inglesa, a la que ya me había aficionado tras 6 días bebiéndola, y de camino al hotel estuvimos disfrutando de un partido de béisbol en un parque cercano. 

Por fin ahora sí que llegaba la hora de dormir tras otro agotador día. Por cierto todavía nos seguíamos planteando si mandar la llave al señor de Carlisle por correo.

Mañana seguiré contándoles nuestro peculiar viaje.


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