Empezábamos el día en el Bed & Breakfast de York, del que ya les hable hace mucho tiempo, el Old Grey Mary. Ese día nos levantamos pronto, pues nos esperaba un día bastante duro, con muchos kilómetros en coche.
Precisamente por la duración del trayecto hasta Carlisle, decidimos ir parando a visitar los estadios de esos clubs tan históricos de los que todo el mundo habrá oído hablar. La primera parada fue Leeds, una ciudad industrial con no demasiado que ver, pero que es la sede de un club que los veinteañeros llevaremos siempre en la memoria gracias a sus exhibiciones en UEFA y Champions a finales del siglo pasado y principios de éste.
Después de la visita a Elland Road, continuamos nuestro viaje dirigiendo nuestros pasos a otra gran ciudad en cuánto a fútbol se refiere como es Manchester, otra ciudad industrial del interior de Inglaterra, que a pesar de que se ha modernizado en los últimos años, sigue destacando especialmente por sus dos equipos de fútbol, el Manchester City y el Manchester United.
Primero fuimos a ver el Teatro de los Sueños, el gran Old Trafford, estadio que prometo volver a visitar con mi gran amigo Mario, todo un red devil en potencia, pero desde luego que la próxima vez que vaya quiero ver un partido, porque verlo vacío no es igual.
También vimos el reloj que señala tan nefasta fecha para los hinchas del United, es decir el 6 de Febrero de 1958, cuando ocurrió el desastre aéreo de Munich, en el que 8 jugadores del United perdieron la vida, abriendo así una época de gran confusión en el seno del club.
Una vez visitado Old Trafford, fuimos a ver el City of Manchester, cuna de mi equipo de Manchester preferido, el histórico Manchester City, que gracias al jeque está volviendo otra vez a las posiciones que le corresponden históricamente hablando. Para mí este estadio, es una preciosidad con su techo de forma toroidal, y con sus ocho torres que dan acceso a la grada superior.
Una vez visitada la ciudad de Manchester, volvimos a coger ese maravilloso Ford Focus, que nos acompañó durante todo el viaje, para recorrer los 45 kilómetros que separan Manchester de Liverpool. Allí primero acudimos a visitar al eterno rival de los red devil que no es otro que el Liverpool, ahora entrenado por Dalglish, en aquel momento por Hodgson.
Después de esperar unos 20 minutos, tiempo que aprovechamos para ojear la tienda, empezábamos el Tour por Anfield, experiencia que recomiendo a cualquier aficionado al fútbol que se precie, como demuestra que un aficionado gunner hizo el tour con nosotros. Antes de entrar al campo, también es obligada la foto del gran Bill Shankly, entrenador que cogió al Liverpool en Segunda, le devolvió a Primera, y ganó con él la friolera de 3 ligas, 2 copas de Inglaterra y 4 Community Shields.
Ya una vez dentro del estadio, pudimos visitar la sala de prensa, sentarnos en el estrado desde el que el entrenador ofrece sus ruedas de prensa, pero sobre todo lo impactante es que como muestra sus sala de prensa, dónde solo caben 50 periodistas o la siguiente foto de los vestuarios, Anfield Road vive anclado en el siglo pasado, y es una muestra de un campo de fútbol tradicional, clásico sin modernidades.
Bueno, creo que esta fue una de las últimas veces en que la camiseta de Fernando Torres, colgaría de estas perchas de Anfield, antes de su fichaje por el Chelsea. Desde el vestuario, y para saltar al campo pudimos apreciar ese mítico cartel que hizo colgar precisamente Shankly en la bocana de vestuarios, que reza así "This is Anfield".
Y salimos al campo por este histórico lugar, entre cánticos del "You will never walk alone", para apreciar el gran diseño arquitectónico de este estadio, cubierto con esa maravillosa alfombra de césped. Aquí en esta foto al fondo se ve The Kop, otrora mítica grada dónde las haya, y una de las más calientes del Reino Unido.
Aquí yo en esa grada mencionada, en la que me gustaría vivir algún día un partido en directo, ya que debe ser una de esas grandes sensaciones de la vida para los futboleros.
Ya después de visitar Anfield por dentro, fuimos a ver su museo, dónde me quise hacer una foto con esa Orejona conseguida tan heroicamente por los de Rafa Benítez en Estambul contra el Milán en el 2004, tras remontar un partido que perdían por 3 al descanso, y que consiguieron empatar, para posteriormente ganar en penaltys con aquel tan famoso baile de Dudek, quién detuvo 2 penas máximas.
La sesión futbolera de hoy ya tocaba a su fin, y encaminamos nuestros pasos hacia Carlisle, ciudad dónde era nuestra intención dormir, aunque no teníamos nada reservado, y tuvimos que ir haciendo esa cosa tan típica en Inglaterra, que no es otra que ir preguntando en los Bed & Breakfast que si tienen sitio para que puedas dormir, con esa tan útil frase de "I am looking for a room for three people" en nuestro caso.
Aquí empezaba la auténtica aventura, pues no sabes a bote pronto, que te puedes encontrar en cada sitio, pero la verdad que elegimos bien con este "lodge" que recomiendo totalmente.
Como ya eran las 7 de la tarde cuando llegamos, el dueño de esta casa nos hizo un buen descuento, ya que a esas horas estaba claro que no iban a venir más personas en busca de alojamiento, y nos dejo el alojamiento con desayuno para los 3 en 70 libras, un auténtico chollo visto lo visto. Así que dejamos las maletas, y nos fuimos a dar una vuelta por este acogedor pueblo, que tiene hasta una antigua fortaleza muy bonita por cierto.
Pues seguimos conociendo esta pequeña, pero preciosa capital de la provincia de Cumbria, y eso sí nos extraño un poco ver tanta seguridad en los pubs y restaurantes de allí. Pero no tardaríamos mucho en descubrir porque había tanta seguridad, y eso fue después de cenar en un Burger King cercano, ya que no había muchos lugares dónde cenar por un módico precio la verdad.
Pues eso lo dicho, una vez cenamos, en nuestro camino al hotel pasamos por enfrente de un bar situado un poco ya a la salida de la ciudad, como lo estaba nuestra casa. Y allí vi algo que no había visto en mi vida, una típica pelea inglesa, pero en vez de liarse a puñetazos, allí se lían a reventarse vasos de cristal, y claro pues pude asistir a como le reventaban uno en toda la cara, con la consiguiente llamada a la policía.
Y ya era hora de dormir, después de este ajetreado día de viaje, pero desde luego que este día quedará marcado para siempre en mi memoria con el vasazo en la cara a aquel inglés.
PD: Ahora que por fin he acabado mis exámenes, les prometo escribir cada día una aventura de mis pasadas vacaciones en Inglaterra. Un saludo!!
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