2ª semana Camino Santiago en bici: Carrión de los Condes-Santiago de Compostela

8º etapa: Carrión de los Condes-Reliegos (70km)

La segunda semana del Camino no empezaba excesivamente bien, si bien es cierto que las agujetas ya habían remitido completamente. Nos levantamos temprano como siempre para salir hasta El Burgo Ranero, pero tras unos primeros kilómetros por una pista de tierra llegaban las primeras dificultades del día.

Mi rueda con poco más de 500km encima notaba el efecto de la caída desde el coche, y tras haberse aflojado todos los radios, en vez de girar circularmente hacía un óvalo al llegar a Bustillo del Páramo. Así que tras parar a una furgoneta conseguí que me llevaran hasta Ledigos y ahorrar 4 kilómetros a la rueda.

Como Ledigos es un pueblo pequeño tampoco la pude arreglar allí, así que me tocó recorrer los 12 kilómetros hasta Sahagún con la rueda muy tocada, aunque al ser un tramo por carretera bastante favorable en poco más de media hora estábamos allí.


Tras cambiar la rueda en el taller del alcalde, continuamos nuestro camino sin haber perdido más de una hora entre apretar los radios para llegar y que me cambiaran la rueda en el taller, así que todo se solucionó increíblemente bien.


Aunque el plan previsto era dormir en El Burgo Ranero, el albergue no nos convenció y como al día siguiente debíamos hacer 67 kilómetros, optamos por hacer unos cuantos kilómetros más y así hacer la jornada del día siguiente menos larga.


Tras unos 12 kilómetros al tran tran por esta interminable recta de la imagen, llegábamos por fin al albergue La Parada, el cual aconsejo al dormir en habitaciones de 6 personas, o al menos era así la nuestra, y estar todo muy nuevo.


Tras comer allí en el mismo albergue y descansar un rato, fuimos a cenar un poco más abajo de este de la imagen, y para bajar la comida una copita en este Bar La Torre, que como pueden ver es muy especial con sus pintadas tanto en la pared exterior como en las interiores en las que los peregrinos dejan sus palabras en múltiples idiomas (foto de arriba).


Tras vivir uno de los momentos más míticos del camino con Abraham hablando su inglés de Vallecas con esta conversación: -How are you? -I´m good -And you? -I´m Abraham era hora de dormir precisamente con el inglés con el que tuvo lugar dicha escena. Sin duda ese día dormíamos entre risas!

9º etapa: Reliegos-San Martín del Camino (50 km) 

Tras levantarse a las 6 como todos los días, hoy pasábamos por León, ciudad donde no había estado tras el casi descenso del Estudiantes en 2008. Tras tomar allí el pincho de rigor en forma de sandwich mixto con huevo esta vez, fuimos con la bici dando una vuelta por el casco antiguo.


Tras pasar por la catedral de León y como tenía que cumplir la apuesta de teñirme el pelo de azul por haberme licenciado ahora en Junio, fuimos preguntando en peluquerías para ver si podía ser, pero como primero me tenían que decolorar optamos por el spray.


Como no venden tintes de color azul o al menos no encontré, al final y jugándomela mucho, la solución fue un spray azul para todo de una tienda china. Tras salir de León con un gran paseo por la ciudad y unas pocas cuestas, pasamos por San Miguel del Camino o Villadangos del Páramo antes de llegar a San Martín del Camino.

Allí en San Martín del Camino estuvimos en el albergue municipal, que la verdad que no era ni nuevo ni muy bonito, pero que cumplía con el propósito de lugar para dormir a pesar de que sus camas eran muy viejas. Tras comer allí en el albergue de menú, para la cena optamos por hacernos un bocadillo porque el menú era el mismo que para comer y no había cocina.

10º etapa: San Martín del Camino-Foncebadón (51 km)

Hoy era un día especial sin duda, un día en el que como los bares del pueblo estaban cerrados a tan tempranas horas cogimos la bici hasta Hospital de Orbigo sin desayunar, pero no solo era especial por eso. Tras levantarnos y preparar las bicis, llegaba el momento de cumplir la apuesta.

Para ello un método de lo más rudimentario, bolsa de plástico por la que solo sobresalga el pelo, spray y algún voluntario que seguro se prestará encantado a teñirle el pelo de azúl. Así que tras 5 minutos ya estaba con el pelo azúl, no de la forma más correcta teñido pero azúl sin duda.


La verdad que el camino hasta Hospital de Orbigo se me hizo muy llevadero entre los paisajes de la imagen y las risas con el pelo, hecho que todavía no tenía muy asumido. Bueno aquí con el famoso pelo azúl, ya que un McLaina siempre cumple sus promesas.


Tras el desayuno en forma de un par de tostadas y un café, había que continuar hasta Astorga, pero antes se pasaba por el crucero de Santo Toribio de la imagen. Allí vivimos un suceso extraño cuando unos alemanes con un gran bastón con banderín o como se llame, se pusieron a entonar un cántico en alemán al paso por la cruz.


Tras dicho acontecimiento era el momento de bajar hasta Astorga por una bajada que hace las delicias de cualquier ciclista sin duda. Entrando en Astorga, y mientras pasábamos una pasarela elevada, Marco reventó la rueda con cámara y cubierta incluida al coger una pequeña piedrecilla que acabó con una cubierta muy desgastada todo sea dicho.


Tras cambiar la rueda y aprovechar para limpiar las bicis con agua a presión en una gasolinera, tomamos un aquarius de media mañana y continuamos hacia Foncebadón.


Este tramo desde Astorga fue lo peor, ya que además de ser una orografía en constante subida, el viento pegaba de cara durante todo este tramo haciendo que las subidas las hiciésemos a 11 km/h y las bajadas a no más de 15 km/h debido al fuerte viento. Como íbamos jodidos debido al esfuerzo de pedalear y no avanzar por el viento, pues paramos a comer en Rabanal del Camino y así esperar a que parase de llover antes de afrontar la ascensión a Foncebadón.


Hay que decir que después de comer esta subida con bastante pendiente no apetecía mucho hacerla en bici, así que la subí andando tranquilamente, disfrutando de las pintadas de aliento en la carretera junto a Abraham.


Una vez allí como los otros 2 compañeros de fatiga se nos habían adelantado por bastante, pues fue llegar y acomodarnos en una casa para los 4 que nos hizo el favor de poner a nuestra disposición el encargado del albergue Monte Irago, aunque en principio no estaba todavía habilitada para el público. 

Así que menos mal, porque arriba en Foncebadón aparte de cabras, gallinas, vacas, caballos, hay poco más donde dormir. Eso sí, este albergue lo recomiendo totalmente, ya que alojamiento más cena y desayuno fueron 15€ por persona, nada caro sin duda para la cantidad de comida que nos pusieron tanto para cenar como para desayunar.

11º etapa: Foncebadón-Villafranca del Bierzo (52,5 km)

Como estábamos a mucha altura y ya sabiendo que iba a haber niebla y frío, ese día madrugamos menos y hasta las 8 y cuarto no nos pusimos en marcha para ascender los casi 3 kilómetros que nos quedaban hasta la Cruz de Ferro (imagen).


Tras unas leves subidas, empezaba lo bueno, otra bajada para disfrutar con la bici hasta El Acebo, eso sí siempre realizada con cuidado porque vas por la carretera y suben o bajan coches.


Tras algunos toboganes, llegamos a Ponferrada, lugar que no me disgustó pero que tampoco es una maravilla. Tras pasar por el campo de la Ponferradina, el camino continúa hacia Compostilla, Columbrianos o Camponaraya en un trayecto más o menos cómodo. 


Dejamos atrás Camponaraya hacia Cacabelos, y ahí llega lo exigente del día tras los pocos kilómetros hasta la Cruz del Ferro, como es el ascenso hacia Pieros por el arcén de la carretera LE-713. Ya desde allí subidas y bajadas por la carretera hasta Villafranca del Bierzo. 

Allí tras que Alberto recogiera en otro albergue las gafas que se había dejado olvidadas en San Martín del Camino, nos acomodamos en el albergue Ave Fénix antes de bajar a comer con mis padres que pasaron a visitarnos en su camino hacia Nigrán. Decir que recomiendo totalmente este albergue, con cena y desayuno por 15€, además de que tuvimos el placer de ver un espectáculo de magia realizado por un peregrino más un queimada.

12º etapa: Villafranca del Bierzo-Triacastela (52 km)  


Los primeros kilómetros transcurren por el arcén de la carretera, que acompaña el curso del río Valcarce que cruzamos una y otra vez al paso de la N-VI por la que circulamos. Tras pasamos bajo varios viaductos de la A-6 tomamos el desvío a Pereje. Desde Pereje pasamos por Trabadela, La Portela de Valcarce, Amabasmestas, Vega de Valcarce, Ruitelán o Las Herrerías. Ahí empieza lo bueno y tan temido por los peregrinos, la ascensión al O Cebreiro.


La verdad es que las vistas son preciosas, y con esa excusa Abraham y servidor aprovechamos para bajarnos de la bici en los tramos que son demasiado exigentes para mis piernas con pendientes de hasta el 18%. Tras pasar el desvío hacia la Faba seguimos subiendo por carretera hacia Laguna de Castilla.


Tras estas pendientes paramos a reponer fuerzas con pintxo y coca-cola en el bar de Laguna de Castilla antes de afrontar los menos de 3 kilómetros que quedan hasta O Cebreiro. En estas cuestas nos volvimos a encontrar a unos chavales de Lugo que habíamos visto kilómetros atrás.


Y al fin estábamos arriba, sin haber sido tampoco para tanto, mucho menos de lo malo que te lo pintan al ser subida por carretera. Eso sí desde Las Herrerías se asciende 610 metros de altura en sólo 7,5 kilómetros, lo que muestra la pendiente continuada del puerto.



Hay que decir que tras recorrernos varias provincias y comunidades autónomas, ya estábamos en Galicia y más concretamente en la provincia de Lugo. Desde allí tras bajar durante unos pocos kilómetros, aún quedaba subir al Alto de San Roque donde un peregrino de bronce nos recibe.


Pasamos por Hospital y Padornelo, y ahí llega el otro punto jodido del día, un tramo muy para arriba y con mucha piedra suelta que hace imposible subir en bici hasta el Alto do Poio por el camino tradicional por el que subimos andando. Tras superar el alto del Poio de la imagen, lo que nos queda es muy llevadero.


Desde allí atravesamos Fonfría y O Biduedo, y aquí ya empezamos a bajar intensamente hacia Triacastela, bien por carretera o bien por camino acortando las vueltas de la carretera, nosotros fuimos variando aunque el camino no es que esté demasiado bien para bicis. Antes de llegar a nuestro destino, aún cruzamos Pasantes o Ramil, pero eso sí siempre cuesta abajo, como a mí me gusta atravesar los pueblos.

Ya en Triacastela, los primeros albergues estaban todos completos, así que fuimos hasta el albergue Aitzenea, dónde la verdad estuvimos muy a gusto. Tras ducharnos, comimos en un bar cercano un plato combinado, y después a comprar algo para cenar al supermercado, que a pesar de ser domingo estaba abierto de 16 a 20h. Del albergue decir que tenía una centrifugadora pequeña que para quitar el agua después de lavar la ropa a mano estaba de maravilla, un invento sin duda.

13º etapa: Triacastela-Portomarín (42 km)

Desde Triacastela podéis ir hasta Sarria por el monasterio de Samos, más largo y menos duro, o bien por San Xil, 6 kilómetros más corto pero más duro. Nosotros cogimos el camino por San Xil, que empieza con cuestas hacia A Balsa y desde allí a la Fonte dos Lameiros. En esto nos encontramos una excursión de un campamento con 50 chavales al menos. Tras llegar a San Xil aún nos queda subir al alto de Riocabo.


Desde este alto, la etapa empieza a ir hacia abajo hasta llegar a Sarria pasando por Montán, Fontearcuda, Furela, Pintín o Aguiada. Este tramo por carretera se hace muy corto con bajadas en las que llegamos a los 60 km/h. En Sarria, lo normal, reponer fuerzas con un bocadillo de lomo con pimientos y una coca cola, sacar dinero y a seguir hacia Portomarín.


Desde Sarria ya se empieza a ver a mucho español que sólo hace los últimos 100 kilómetros andando, y encima muchos ellos sin mochila a cuestas. Además este tipo de personas son un peligro para las bicis, porque por mucho que grites 3 veces "Bici", al final en el último momento puede que no le guste el lado del camino en el que se ha quedado, y te cruce en el último momento.... En fin, españoles domingueros que salen a hacer el camino como quien sale a pasear por el parque creyéndose que todo el camino es suyo y que las bicis están prohibidas.


La verdad que este tramo casi todo de bajada, se hace muy leve entre la orografía favorable y el bonito paisaje mientras pasas por Vilei, Barbadelo, Morgade, Mirallos o Parrocha entre otros. Tras pasar un puente que atraviesa el río Miño llegas a Portomarín, pueblo muy bonito, donde nos alojamos en el albergue Ferramenteiro.


Este albergue muy nuevo, es muy grande con capacidad para 200 peregrinos, separados en 4 salas de 50 personas exclusivamente separadas por una cortina, lo que no evita que se oigan los ruidos y ronquidos. Tras ducharnos fuimos a comer al albergue-restaurante junto a nuestro albergue, del que no recuerdo el nombre pero donde comimos de lujo por 9€.

Tras comer un poco a descansar antes de ir a comprar unas pizzas para cenar y el desayuno para el día siguiente. Unas cartas para amenizar la tarde y a pensar en que ya sólo nos quedaban 2 días para llegar a Santiago.

14º etapa: Portomarín-Arzúa (55 km)

Esta ya era la penúltima etapa y la verdad que estábamos un poco tristes de que se acabase, a la vez que contentos de estar ya muy cerca de Santiago. El primer pueblo que se pasa a la salida de Portomarín es Toxibo, donde ya se podía ver a muchos peregrinos desayunando.


Tras subir a Castromaior, el camino se vuelve más o menos llano pasando por Hospital da Cruz, Ventas de Narón, Os Lameiros o Ligonde. A la salida de Ligonde se cruza el río Airexe antes de llegar al propio pueblo de Airexe. Desde allí atravesamos Portos, Os Valos, A Mamurria o A Brea antes de llegar a Palas de Rei.


Saliendo de Palas de Rei, proseguimos hacia San Xulián do Camiño, Casanova o Campanilla antes de llegar a la primera localidad coruñesa O Coto. Desde aquí sólo nos queda pasar por Leboreiro o Disicabo antes de llegar a Melide. Este último tramo se me hizo pesado con continuos sube-bajas, pero como sabía que íbamos a comer un extraordinario pulpo en la pulpería Ezequiel allí en Melide se solventó mejor.

Tras comer 4 raciones de pulpo y una de perritos morunos entre los 4 acompañada de albariño, era hora de volver a coger la bici y recorrer los 14 kilómetros que nos separaban de Arzúa, lugar donde habríamos de dormir. A la salida del pueblo en vez de ir por carretera, en vez de ir por carretera, se nos ocurrió meternos por el propio camino de Santiago, que transcurría por un paso muy estrecho con mucha piedra suelta, y con otras bien ancladas pero de gran tamaño. 

Y el resultado fue este que ven en la foto, mi pierna con una herida en la espinilla al rozar con las piedras tras que me coleara la rueda de atrás y no poder evitar el derrape y la caída. Pero bueno no fue nada, y ya pude decir que me traje algo del camino de recuerdo... Tras poner en su sitio en manillar de la bici, que se me había girado un par de veces al caer, era hora de proseguir tras haber limpiado la herida con agua.


Desde aquí el camino transcurre durante un rato por preciosos paisajes como éste del arroyo de Valverde. Tras pasar por Peroxa, una dura cuesta nos espera hasta subir al pie de la N-547.


Desde aquí el paisaje no dice mucho, y tras pasar por Ribadiso da Baixo no sin antes dar un buen rodeo para volver a esa N-547, llegamos a las primeras casas de Arzúa. En uno de los primeros albergues que se ven, el Don Quijote paramos a dormir. Tras ducharnos y desinfectarme la herida y darme un poco de betadine, fuimos a la piscina municipal pero viendo que eran 3 euros la entrada más tenerse que comprar gorro para poderse bañar abandonamos la idea.

Así que fuimos a comprar embutido al Eroski para cenar un sandwich y ya de paso comprar también el desayuno, y la verdad que el invento de mezclar cabeza de cerdo con queso y meterlo al microondas para que se fundiese fue una idea cojonuda, les aconsejo que lo prueben.


Había sido un día duro con la caída incluida así que tocaba dormir que mañana ya llegábamos a Santiago. Como pueden ver mucho frío no hacía, ya que casi todos los días dormí encima del saco debido al calor. SIEMPRE ESTUDIANTES!!


15º etapa: Arzúa-Santiago de Compostela (42 km)

Al fin tras muchas jornadas de penurias y sufrimiento, no ahora en serio, no sufrimos mucho pero la verdad que tras casi 750 km algo cansado si estábamos, pero no de pedalear, sino del estilo de vida de pedalear, ducharse, comer y descansar que se hace algo aburrido. Esta jornada era como la de los Campos Elíseos del Tour de Francia, relajada ya para concluir el trabajo realizado, pero la verdad que algunos repechos sí que había.

Aunque también es verdad que tras 14 días pedaleando diariamente, llegas a Santiago con unas piernas que te hacen subir las cuestas que no subías el primer día saliendo de Roncesvalles. El paisaje es precioso y tras pasar el lugar de A Peroxa llegamos a Calzada.


Tras pasar por Calle, Boavista, Salceda paramos a sellar en San Miguel de Cerceda. Tras pasar Ras salvamos la N-547 por debajo antes de superar fácilmente la subida a O Empalme, y llegar a O Pedrouzo. Ahora el camino transcurre por estas pistas de la imagen con hojarasca que nos llevan hasta Amenal antes de afrontar un repecho duro hasta Cimadevila.


Ya desde allí el camino se vuelve más asequible y además ya entramos en el municipio de Santiago. Y aunque aún nos queda atravesar Villamaior o una subida a la urbanización San Marcos antes de llegar al Monte do Gozo, ya vas todo ilusionado de llegar. Además que el monte del Gozo es muy ligerito, no cuesta excesivamente subirlo y además luego llega el placer de la bajada viendo ya Santiago.

Tras un gran paseo de entrada en Santiago que si por la rúa San Lázaro, que si por la rúa de San Pedro, de lo que realmente tienes ganas es de ver la plaza del Obradoiro. Pero aún nos queda un par de kilómetros callejeando antes de atravesar el Arco del Palacio y saber que estas ya a sólo unos metros del objetivo.


Y ya estábamos en Santiago, ante la mismísima Catedral donde Florencio nos estaba ya esperando. Como llegaba con sed y como no hay una sola tienda en 1 kilómetro a la redonda de la plaza, tuve que andar bastante hasta encontrar una donde comprar unas coca-colas. Tras dejarle cuidando las bicis, fuimos a la Oficina del Peregrino a por la Compostela que nos habíamos ganado. En la tienda de al lado la plastificamos y de vuelta a la plaza del Obradoiro.

Pero no nos podíamos ir sin ver la Catedral y al Apóstol, así que entramos junto con uno de los chavales de Lugo que conocimos el día de O Cebreiro que llegaron con nosotros. Tras verlo, y como pagar 5€ por persona por darse una ducha nos pareció un robo, pues nos cambiamos en el parking donde estaba el coche y andando.

Y tocaba montar los enganches para las bicis antes de poder salir hacia Madrid, pero bueno pasada la 1 de la tarde estábamos ya saliendo de Santiago hacia Madrid, aunque el GPS nos perdiera a la salida de Santiago. Tras comer por el camino de menú en un área de servicio, y tras pasar esta vez bien los peajes por el carril indicado para vehículos pesados, llegábamos a Madrid para las 8 de la tarde.

Sin duda una grata experiencia que les recomiendo hacer alguna vez en la vida. Nosotros acabamos de hacerlo y ya estamos pensando en repetir la experiencia, aunque esta vez igual por el camino de la Costa. Espero que os haya resultado útil y os haya gustado!

PD: Ahora me voy a Canfranc Estación como todos los años a andar por los Pirineos, así que igual tengo abandonado el blog durante un tiempecillo.

0 comentarios:

Publicar un comentario