Era el último día en Alemania, y ya que estábamos en Duisburg, pues aprovechamos para ver el estadio del equipo local, el Schauinsland-Reisen-Arena, dónde juega el MSV Duisburg que transita por la Bundesliga 2.
La verdad que no había mucho que ver por la zona que no hubiésemos visto ya, y bajarse hasta Colonia, donde ya habíamos estado otro año para volver a subir hasta el Aeropuerto de Weeze para coger el avión pues como que no merecía la pena.
Así que nos decidimos a ir hacia Monchengladbach, para ver el estadio del equipo revelación de la Bundesliga, quedando en la cuarta posición. Aunque como no estaba planificada la visita no habíamos introducido las coordenadas, y como no encontramos el Borussia Park, pues nos fuimos a este campo de la imagen de abajo.
El complejo como se puede ver es parecido al demolido estadio de Vallehermoso de Madrid, con su pista de atletismo, así que ya tuvimos aquí la anécdota del viaje. Y ahora sí, llegamos bien al Borussia Park.
Por fuera la verdad que no dice mucho, aunque siempre es gracioso hacerse fotos en el típico mural que se encuentra en algunos extranjeros con algunos jugadores como Marko Reus, una de las revelaciones de la temporada y clave del 4º puesto del Borussia de Monchengladbach.
Ya aprovechamos para ver el pueblo, que aunque está en cuesta casi todo él excepto el centro, la verdad es que no es ni mucho menos feo, y sobre todo más bonito que Dortmud o Gelsenkirchen.
Y como eran las 11 y media de la mañana solo, y hasta las 16:50 no cogíamos el vuelo hasta Madrid, y visto que no había pueblos importantes por la zona, pues nos decidimos a ir a ese destino que salía tanto en los carteles de la autopista, a Venlo, ya en Holanda.
Muy recomendable visitar este pequeño pueblo junto al río Mosa, cuyo origen se remonta a tiempos del Imperio Romano, mucho más bonito que la zona alemana de la cuenca del Rhur, y muy cercano al aeropuerto de Dusseldorf Weeze, donde habríamos de coger el avión.
Tras dar un paseo por las calles del pueblo, que estaban abarrotadas de turistas alemanes, ya que en Alemania era fiesta ese lunes, y muchos habían cruzado la frontera para comprar, pues comimos en el Bocatta antes de volver a coger el coche por última vez.
Para volver, el GPS nos metió por unas carreteras bastante estrechas, con carriles bici pintados a ambos lados, lo que extraña mucho sobre todo a un español. Pero no nos habíamos perdido no, ya que íbamos directos al aeropuerto, aunque antes nos tuvimos que desviar a uno de los pocos pueblos en los alrededores de Weeze para dejar el coche con el depósito lleno, tal como lo habíamos cogido.
Y tras esperar una horilla antes de embarcar, ya que llegamos muy sobrados de tiempo al aeropuerto, cogimos ese avión de Ryanair que nos llevaría de vuelta a casa tras nuestro periplo alemán.
Una de las fotos del vuelo que tanto me gusta hacer ya de camino a Madrid, en un viaje que casi nos salió más barato que ir a Bucarest ida y vuelta en el mismo día...y en el que además vimos ganar al Atleti y un partido de Bundesliga, así que más no se puede pedir.
Y para acabar les dejo mi tour alemán en una foto con los lugares visitados para que se hagan una idea, eso sí como ya os dije la cuenca del Rhur excepto si te gusta el fútbol mejor no pisarla, y dedicarle tiempo a ciudades más al sur de Dusseldorf como Leverkusen, adonde me quede con ganas de ir y iré algún día, o sobre todo Colonia y su gigante a la mar que preciosa catedral.
Ya es hora de despedirme, cuando vaya teniendo ratos iré escribiendo
sobre el viaje a Nueva York, aunque los exámenes me impiden dedicarle
mucho tiempo al blog.
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