Viaje a Portugal 6º día: Lisboa-Évora-Madrid

Y llegaba nuestro último día en Portugal, así que tocaba madrugar como todos los días anteriores, desayunar, hacer el check-out y poner rumbo a la capital de nuevo. La verdad es que nos traíamos un grato recuerdo de nuestro viaje por tierras lusas, pero sobretodo con la intención de volver algún día a una Lisboa, que me parece una de las ciudades más bonitas que haya visitado.


Así que a las 8 de la mañana, ya estábamos en el coche listos para partir, porque al igual que al ir aprovechas mucho mejor el viaje ganándole una hora al reloj, al volver la pierdes, y la verdad que tras 6 días fuera de casa, ya teníamos ganas de volver.

La primera parada del día iba a ser en Évora, ciudad que más o menos nos pillaba de paso en nuestro retorno, y que la verdad nos dejó un muy buen recuerdo.  Esta ciudad de tradición minera y agrícola, nos ofrece bonitos monumentos que ver como la Plaza de Giraldo de la foto de arriba. También es digno de destacar su Catedral, su Castillo Viejo o su Universidad. Aunque una de las cosas que particularmente a mi me llamó la atención fue este templo romano.


Una vez vista esta pequeña pero bonita ciudad, era hora de volver al coche para recorrer los últimos kilómetros de esas maravillosas autopistas portuguesas en las que los radares brillan por su ausencia, y que son una auténtica delicia para las personas a las que nos gusta conducir.

Y aunque nuestra intención al salir de Madrid, era pasar por Cáceres a la vuelta, la verdad es que no había ni ganas, ni dinero para hacerse kilómetros de más, ya que había que desviarse de la autovía. Así que tras una breve parada a repostar, continuábamos de vuelta a casa.

Ya con más de medio camino recorrido, y ya siendo la hora de comer, abandonamos la compañía de un taxista madrileño que nos siguió durante más de cien kilómetros, y paramos a comer en Trujillo.

La verdad que el pueblo no era nada del otro mundo, pero si fue suficiente para comer un bocadillo y recuperar fuerzas, eso sí dejándonos el bolsillo prácticamente vacío. Así que para las 5 y media, entrábamos por fin a Madrid, poniendo fin a este viaje que no creo que olvide en mucho tiempo, como creo que tampoco los dos Borjas o Carlos.

Y como la verdad es que desde que hice este viaje a Portugal en Septiembre, no había viajado este año más que por temas de baloncesto a ciudades ya conocidas como Barcelona, Vitoria, Zaragoza, Bilbao o Donosti, pues mañana miércoles y una vez acabadas mis prácticas, me voy a Dusseldorf para ver a mi Atleti el jueves en Hannover.

Ya les contaré mis peripecias en Alemania, y las que están por venir en Nueva York. Un saludo lectores!

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