El segundo día empezaba a las 7 de la mañana, para ducharnos y desayunar antes de ir a visitar Dusseldorf. La verdad que no me puedo quejar del hotel, fue barato, con una buena habitación, y el desayuno fue bueno, y además está cerca del aeropuerto, eso sí del de Dusseldorf Internacional.
Una vez dejado atrás el hotel, y con la compañía de Hit Radio, recorrimos los pocos kilómetros que nos separaban del centro de Dusseldorf para verlo antes de irnos, y la verdad es que es una ciudad bastante bonita, sobre todo la parte del Alstadt o casco viejo.
La verdad que si no saben ni una palabra de alemán como era en nuestro caso, Alstadt es una palabra fija a aprenderse junto con Rathaus que es el ayuntamiento, y ya con eso sabes a dónde dirigir tus pasos en cualquier ciudad alemana.
Una vez visitamos Dusseldorf a primera hora de la mañana mientras los camiones de suministro descargaban la mercancía en los innumerables bares que puedes encontrar en la ciudad, nos tocaba ir a ver el Veltins Arena, ya que como algunos de ustedes ya sabrán soy un gran enamorado de visitar estadios de fútbol.
Tras darnos una vuelta por el Veltins, y no sin tener que preguntar a una señora muy maja que había en las oficinas del estadio, nos dirigimos a dónde se vendían las entradas gracias al mapa que nos imprimió esta señora. La fan zone se encuentra en otro edificio cercano al Veltins junto con la tienda del club, así que allí que fuimos a dar una vuelta, y a preguntar si había entradas para ver el domingo el Schalke 04-Hannover.
La verdad que tuvimos una suerte extraordinaria, ya que tras haber cerrado hace 2 semanas la venta por Internet, esta era junto con el haber llamado por teléfono la única manera de conseguir entradas. Como ya era jueves, sólo quedaban 3 entradas en todo el campo, y en la zona de tribuna, eso sí en filas e incluso en sectores diferentes, pero como ya habíamos ido hasta allí y teníamos ganas mi hermano y servidor en ver un partido de Bundesliga, pues compramos esas 3 últimas entradas: 2 por 50€ y la otra por 40€, que si bien no eran excesivamente baratas, hay que decir que para ser en tribuna no nos parecieron demasiado caras.
Ya con la felicidad de tener algo que hacer el domingo a las 15,30h, volvimos a coger el coche para ir hacia el pueblo de Bielefeld que nos pillaba de camino. A los futboleros les sonara por el Arminia de Bielefeld, equipo que hasta hace unos años jugaba en 1ª Bundesliga Alemana, pero que aunque en la actualidad juegue en la 3ª Bundesliga, el Schüco Arena es un estadio fenomenal sobre todo para esa categoría.
Desde Bielefeld y siguiendo el sonido de la flauta, marchamos rumbo a Hamelin, en alemán Hameln, ciudad famosa de donde es originario el flautista de Hamelin, que liberó al pueblo de ratas allá por el 1284.
El pueblo como ven en la foto de arriba, tiene unas calles muy bonitas con casas de madera típicas alemanas, así como también se dan en Holanda y otros países colindantes. Como era la hora de comer, en la misma calle donde se encuentra esta pequeña estatua del flautista rodeada por vallas metálicas, al estar en obras de pavimento en ese momento, entramos a comer en una tienda en la que tú te coges tu propia comida de unas urnas de plástico, ya fuese un pannini, una mini-pizza, sandwich o otra de las múltiples opciones que ofrecían.
Una vez comimos, y por pura suerte, pudimos disfrutar del magnífico espectáculo que nos ofreció este reloj de cuco, al son del sonido de las campanas que pueden apreciar en toda la fachada triangular del edificio. Las figuras del reloj eran graciosas ya que el flautista iba espantando las ratas, y los niños iban tirando de él, hasta que finalmente hacen que el flautista retroceda desapareciendo en el interior del reloj, y poniendo así fin al show.
Y ahora sí que sí, tocaba llegar a Hannover, pues la hora del partido ya estaba cerca, y antes de entrar al AWD Arena teníamos que ir al hotel, dejar las maletas y el coche, y visitar la ciudad. Tras esperar un rato en la puerta del hotel-restaurante Marjani, una señora que había allí en un parque de enfrente se nos acercó a preguntarnos en alemán que si teníamos reservada una habitación, a lo que por señas y en inglés le dijimos que sí.
Como la señora no entendía ni papa de inglés, ni nosotros ni papa de alemán, pues nos limitamos a seguirla dentro del hotel hasta que nos enseño nuestra habitación, y nos dio la llave de otra puerta trasera para que pudiésemos entrar por la noche, a lo que nos limitábamos a contestar O.K. que era lo único que la señora entendía.
Tras descansar un rato mientras estudiábamos el mapa de Hannover, fuimos dirección al centro de la ciudad encontrándonos cada poco a algún alemán que ya hacia el estadio antes de las 6 de la tarde, y eso que el partido comenzaba a las 21:05h.
Tras pasar por el Alstadt y el antiguo ayuntamiento mientras veíamos a multitud de alemanes paseando con su cerveza por la calle entonándose para el partido, llegamos a este Palacio de la Ópera de la foto de arriba. Desde allí y ya en dirección al campo, pasamos por este espectacularmente futurista edificio donde estaban rodando una película en esos túneles de cristal de la imagen, llamado Edificio Nord LB.
Y para llegar al estadio quisimos pasar por el Nuevo Ayuntamiento o actual Rathaus, un extraordinario edificio acabado en 1913 en cuya finca de 10 hectáreas incluye unos magníficos jardines y un aún más bello lago en su parte trasera.
La verdad que no es de extrañar que uno de los puentes que cruza este lago de Maschteich esté lleno de candados, que allí en Alemania como en otra multitud de lugares significan amor de las parejas que los depositan. La verdad que es sin duda lo más bonito de Hannover, así que si van por allí no dejen de visitarlo.
Desde allí hasta el AWD Arena ya solo quedaba un paseo junto al lago Maschsee, en el que te encontrabas con riadas de aficionados, ya que este partido de vuelta de los cuartos de final de Europa League sin duda era muy especial.
Y no sin antes equivocarnos de puerta de entrada, llegamos a la zona rojiblanca donde conocimos a una pareja muy agradable, que era de los pocos que hablaban castellano en nuestra zona colchonera, ya que la mayoría de aficionados atléticos eran alemanes o incluso polacos.
El Atleti sufrió un poquillo pero consiguió ganar que era lo importante, pero como no quiero ser pesado para aquellos a quienes no les gusta el fútbol, les dejo mi crónica del partido con fotos y vídeos aquí.
Ya después de sellar la clasificación era hora de volver al hotel, al que llegamos dando una gran vuelta al no conocernos las calles cercanas, pero lo importante es que llegamos, y muy contentos la verdad. Mañana más dirección a Hamburgo pasando por los bonitos pueblos de Celle y Luneburg. Saludos!
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