Llegado el día 16 de Julio de 2010, y después de 3 días de estancia en Londres, era hora de usar ese precioso Ford Focus de alquiler, que habíamos cogido el primer día en el aeropuerto de Heathrow. Salimos de Croydon en torno a las 9, después del habitual desayuno con dirección a York, la que iba a ser la próxima parada en nuestro tour.
En el camino, aprovechando para ver algo a nuestro paso y para hacer este largo viaje de más de 300 kilómetros más ameno, paramos a visitar Cambridge, uno de los lugares más famosos del Reino Unido en cuanto a tema educacional se refiere, con su tan afamada universidad. Dejamos el coche en un parking, pues no es fácil encontrar aparcamiento en Cambridge, nos dimos un paseo por el pueblo impregnándonos del ambiente universitario que corre por sus venas. Una vez finalizado nuestro paseo de un poco menos de una hora, continuamos nuestro viaje en coche, llegando en torno a las dos y media de la tarde, dejando las maletas en el bed&breakfast que habíamos reservado por Internet, el Old Grey Mary.
Desde allí fuimos andando hasta el centro de York, un paseo de unos 10 minutos muy agradable, para entrar por un arco que forma parte de la antigua muralla, y que era en el pasado una de las pocas vías de entrada a la ciudad. Una vez nos hicimos algunas fotos en estas preciosas antiguas calles que hacen de York una visita casi obligada, llegamos hasta donde se encuentra su catedral en torno a las 3 de la tarde, y como todavía no habíamos comido, aprovechamos este momento para tomarnos el sándwich en un bonito parque que rodea a la catedral. Cuando acabamos de comer, nos dispusimos a entrar a la catedral, la que por un módico precio estuvimos visitando, y en la que tuvimos la fortuna de vivir en directo de un formidable coro que nos deleitó con un oficio típico de la antigüedad, eso sí en inglés como era de esperar y a pesar de que fue difícil seguir el oficio, los integrantes del coro tanto niños como adultos tenían unas increíbles voces que hicieron de este oficio inolvidable.
Después de haber tenido el placer de escuchar al coro, seguimos caminando por York, viendo sus típicos cafés, y parándonos a comprar unos brownies de chocolate para la cena acompañando a esa leche tan distinta como la inglesa. Volvimos hacia las 8 a nuestra habitación en el Old Grey Mary, el cual cabe decir que no estaba mal, y tenía una buena localización dentro de la ciudad.
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