Viaje al Reino Unido: 10º día Edimburgo

Después del paseo andando el día anterior decidimos coger un autobús para ir al centro de Edimburgo. Salimos temprano pues nuestra intención era entrar en el Castillo de Edimburgo cuando abrieran, para no tener que esperar colas y esas cosas. 


Pues como ya les dije el Edimbourgh Castle también estaba incluido en nuestro tan amortizado pase de explorador, y gracias a él tampoco tuvimos que esperar colas para coger los tickets para entrar, así que a las 10 y cuarto ya estábamos dentro del castillo.
 Este precioso castillo domina desde las alturas la ciudad de Edimburgo, ya que antiguamente se usaba con fines militares. El edificio esta franqueado por acantilados en tres de sus 4 vertientes, lo que le hace inaccesible salvo si entras  por una calle bastante empinada, antes de llegar a una gran explanada donde se celebra la Military Tatoo, y que desafortunadamente no tuvimos el placer de ver por cuestión de pocos días.


Como pueden ver en la foto desde lo alto del castillo se dominan los preciosos Princes Street Garden, como así cualquier otra parte de la ciudad. Así que aparte de disfrutar de una bonita batería de cañones, del National War Museum f Scotland, de la St Margaret´s Chapel, u otros pequeños museos que te mostraban la vestimenta de los militares escoceses a lo largo de la historia, también pudimos disfrutar de una exhibición sobre la vida de la época en The Great Hall. 


Aparte de todo esto, también pudimos la Stone of Destiny, y ya dentro de la sala The Royal Palace apreciar los honores de Escocia, entre los que se incluían antiguas coronas y otras diversas joyas de la monarquía británica.

Una vez acabada la visita al Edinburgh Castle, estuvimos curioseando por Market Street, y por High Street, dónde pudimos ver en muchas tiendas los típicos kilts escoceses. Desde allí llegamos a la milla de oro de Edimburgo, es decir a Princes Street, dónde mi hermano casi se compra unos zapatos en un Clark que había por allí.

Continuamos andando hacia Charlotte Square, y desde allí hasta George Street, desde dónde cogimos un autobús que nos dejo enfrente del Holyrood Palace, y justamente ante el Parlamento Escocés, el cual es un edificio bastante peculiar con un toque demasiado modernista para mi gusto.


Después de admirar semejante rareza, entramos en el palacio de la Reina para cuando esta visita Escocia, y no está en el Buckingham Palace de Londres. Esto no estaba incluido en la Explorer Pass, así que nos toco pagar las 10 libras de rigor para poder visitar el palacio, ya que a pesar de que se podía visitar también The Queen’s Gallery, Palace of Holyroodhouse, la verdad que no nos animamos a verlo.



El Palacio en sí era muy bonito por dentro, pero como no se podía ni grabar ni hacer fotos dentro, pues las pocos fotos que hicimos fueron en este patio de entrada que pueden ver en la foto de arriba, o alguna más en los preciosos jardines que rodean el Holyrood Palace.

Cuando terminamos nuestra visita al Palacio, fuimos dando un paseo por Regent Terrace hacia el Calton Hill, que no pudimos ver en condiciones el día anterior. Como ya les dije desde el Calton Hill se pueden hacer unas maravillosas fotografías de la ciudad de Edimburgo, siempre y cuando no llueva, como nos paso a nosotros el día anterior.


Aquí pueden ver High Street en toda su extensión, en la misma foto que la sacada el día anterior, pero esta vez en una jornada despejada completamente. A parte de las vistas ya les conté también que tenía pequeños monumentos, los cuáles no te dejan indiferente como la imitación del Partenón.


Bajando del Calton Hill, pasamos por el Old Calton Cementery, desde dónde aparte de poder apreciar unas buenas vistas tanto del Calton Hill, como del Parlamento, destaca la presencia de la tumba del gran filósofo David Hume.


De vuelta andando hacia el centro de la city, paramos a comprar algo para comer, pero antes pasamos por The Hub, lugar donde se celebran ahora festivales, aunque antes fuese una iglesia.


Ya después de comer nuestro sándwich diario, volvimos hacia la Royal Mile, pues todavía no habíamos estado en la St Giles Cathedral, antes de continuar a reposar la comida a Princes Street Gardens.


Después de más de media hora de descanso sentados en uno de esos bancos de madera en los que los edimburgueses comen, leen, duermen, toman el sol, etc. entramos en la National Gallery of Scotland a ver algunos de los magníficos cuadros que están expuestos allí. Ese día hacía un sol espléndido, y había muchísima gente tumbada en la verde hierba de los jardines jugando a las cartas, tomando el sol, haciendo malabares, y otras muchísimas cosas.


Como eran las 4 de la tarde, y no teníamos nada que hacer pues decidimos aprovechar nuestras últimas en Edimburgo visitando algún campo de fútbol, y para ello fuimos hasta el hotel andando para coger nuestro coche de alquiler.

Primeramente fuimos hasta Albion Place para ver el campo del Hibernian, el segundo equipo de la ciudad de Edimburgo. Easter Road es un campo relativamente moderno de 20000 espectadores de capacidad, situado entre casas en la zona norte de la ciudad.


Desde Easter Road nos fuimos en coche hasta el Tynecastle Stadium, hogar del equipo poderoso de la ciudad, el Heart of MidlothianHearts, que recientemente acaba de terminar 3º en la Liga Escocesa, detrás de los gigantes Rangers y Celtic. Este campo también está situado entre casas, por lo que es difícil hacer una foto en condiciones.


Ya desde allí, y aprovechando que el GPS nos marcaba que había otro campo muy cerca, y aún con miedo de que suene muy friki, fuimos al Murrayfield Stadium, un campo de rugby dónde juega la selección escocesa.


De vuelta al hotel nos arrepentimos y mucho de esta última visita, porque llegamos al Salisbury Hotel y descubrimos que habíamos perdido la llave de la habitación, y como era un hotel pequeñito en el que sólo había una recepcionista y esta había salido a hacer un recado, pues estuvimos esperando a que volviese más de 20 minutos para poder entrar en nuestra habitación.

Mientras esperábamos llegamos a la conclusión de que probablemente se le hubiera caído a mi padre la tarjeta magnética, que te suelen dar como llave en los hoteles, de la cartera cuando echamos gasolina cerca del Murrayfield Stadium, ya que al día siguiente había que devolver el coche a Europcar con el depósito lleno.

Así que imaginaros a la chica de recepción llamando a la gasolinera, la cual localizamos gracias al GPS, a ver si estaba allí la tarjeta. Pero bueno al final entramos en nuestra habitación con otra tarjeta que nos dio y dimos por concluido el asunto creyendo que se le habría caído a mi querido padre.

Al día siguiente ya nos volvíamos a Madrid, así que había que descansar antes de coger el avión de vuelta.

PD: Mañana les contare el desenlace de la historia de la llave de la habitación.

Un saludo mis queridos lectores!!!



0 comentarios:

Publicar un comentario