IBERIA, compañía bananera

Todo empezó allá por finales de Enero, cuando en pleno periodo de debacle de la compañía con el asunto de los despidos y las consiguientes huelgas para evitarlos, cogíamos una de esas ofertas "ganga" para tratarse de una compañía con un "supuesto" prestigio como Iberia. 



Pues bien, ya no se trata de los incómodos asientos, propios de una compañía de bajo coste como Ryanair o EasyJet, que se puede entender al buscar maximizar los viajeros y por tanto el beneficio. Eso es entendible, aunque no lo comparto ya que para eso ya tienen su propia aerolínea de bajo coste como Iberia Express además de la participada Vueling, pero vaya aunque las 5 horas y media de viaje a Moscú se hacen duras en esos estrechos asientos, entiendo que puede ser lo normal en estos casos.


Pues bien el problema no es ese, el PROBLEMA con mayúsculas es, que a un país como Rusia, al que los turistas no le gustan, es más le molestan, le unes un gran aeropuerto como Dodomedovo, le unes que sólo hay dos mostradores para Iberia turista, que mientras los empleados subcontratados del aeropuerto se pelean con el sistema operativo, el que atiende en el mostrador desierto de Iberia Business se dedica a jugar al móvil, pues van juntándose una serie de ineficiencias que se traducen en una mala imagen de la compañía.

Pues bien, si teniendo el vuelo a las 6 y veinte, estas en la fila de facturar a las 4 y veinte, con una serie de personas pertenecientes a un grupo de 35 de viajes Panavisión de El Corte Inglés, se va sumando otra mecha para que las ineficiencias cometidas por la compañía en el aeropuerto de Domodedovo, en el que sólo tienen una empleada, exploten. 

Súmenle a esto que es un vuelo de código compartido con Siberian Airlines, sigan sumándole overbooking, y tendremos la mezcla explosiva perfecta para poner de los nervios a más de uno y capaz de dejar a alguno en tierras moscovitas.

Así que a lo que vamos, la composición de la escena era la siguiente, una pareja con billetes con el mismo localizador, de los cuales uno tenía billete y otro no, por el capricho de ese sistema operativo de Iberia. Otra persona del grupo de Panavisión sin billete tras su enlace desde San Petersburgo también con Iberia. Mi padre sin billete también por overbooking, tras habernos sacado el billete el empleado subcontratado ruso a mi hermano y a mí. Todo muy cómico la verdad. 

La señora del grupo de 35 sin billete llorando, el guía de Panavisión intentando por todos los medios que le dieran billete a la señora, a pesar de que esta había tenido un problema con la maleta y había llegado mucho después que nosotros. La única empleada de Iberia allí gritando en ruso a los empleados que llevan la facturación por su supuesta torpeza, el sistema imprimiendo tarjetas de embarque sin asiento asignado por el overbooking, otra pobre empleada del aeropuerto intentando solucionar el problema del sistema operativo de Iberia. En fin seguía el club de la comedia ruso. A todo esto 5:15, y sin darnos solución.

Esta iba a llegar pocos minutos después con un "Os tenéis que esperar a que cierre de la facturación para que queden asientos libres, pero sin sitio no os vais a quedar". Bueno, la facturación cerraba a las 17:35, el vuelo salía a las 18:20h. Justo, todo muy justo de tiempo para llevar allí desde las 4 y veinte. Se acabó el comprar tabaco o vodka con los rublos sobrantes, que tan fácilmente se cambian en Madrid, no señores, eso también Iberia se iba a encargar de fastidiarlo.

17:45h, el embarque se cerraba a las 18:10 y aún teníamos que pasar esos exhaustivos controles de seguridad rusos. Bueno, pues allí seguían el marido de la chica de Colmenar y mi padre sin billetes, mientras que la señora del grupo de Panavisión de Viajes El Corte Inglés ya tenía su billete desde las 17:35, cosas de grupos organizados con poderes sobre una compañía antiguamente monopolio como Iberia. 

!7:50h, mi hermano y yo vamos entrando a la área A para ir pasando el control de seguridad, después de que al otro chico le hubieran dado ya su billete. 17:55h, al fin a mi padre le dan su tarjeta de embarque al ritmo de un "Coja la maleta y corra". Eso sí, no le dejaron facturar, ya que ésta se había cerrado unos 18-20 minutos antes. Todavía siguieron allí unos rusos que aún no tenían su billete, y a los que visto lo visto después, les dieron el billete repetido, al menos el 9D en el que viajaba mi padre.

18:20h todos subidos al avión, 3 pasajeros de más en turista, 1 asiento vacío en turista, 1 asiento vacío en business, un ruso borracho de 1,95 y con sus 120 kilos de peso con el mismo asiento 9D. Solución de las azafatas, que no de la "experimentada" sobrecargo que no hizo nada por solucionar ningún problema, que el ruso borracho despegara en el transportín de las azafatas. Cómico, todo muy cómico, comedio de los hermanos Marx en su versión soviética.

18:35h, con 15 minutos de retraso, por fin despega ese A-319B pintado con los colores de cuando Iberia era un monopolio en otro guiño a la historia, no sin antes tener bronca la azafata con unos señores que viajaron en la salida de emergencia que no sabían ni papa ni de español, ni de inglés, perfecto para enterarse de cuando abrir la salida de emergencia en la más desafortunada de las situaciones...


En fin, tras negarse a cambiarse de asiento y no sin la insistencia una y otra vez de la amable azafata, por fin estábamos en el aire, dejando atrás ese dichoso aeropuerto ruso. Tras algún roce con otro miembro/miembra como diría alguna política española, de la familia de los majetes de la salida de emergencia por querer echar el asiento para atrás cuándo a mí no me entran las piernas, ni con el asiento de delante normal, como para que me entren con el asiento reclinado... llegábamos a Madrid, bendito Madrid, a eso de las 21:40 ya hora española no sin antes haber compartido impresiones con alguna azafata que seguro que mira más por la compañía que algunos de los dirigentes políticos de esta compañía bananera llamada Iberia.

Cómo bien me ha dicho esta azafata: "Lo importante es que el viajero salga contento, porque si no sale contento, seguramente yo me quede pronto sin trabajo", cosa que deberían de tener en cuenta Luis Gallego o Marco Sansavini, miembros del nuevo consejo directivo de la compañía española, tras salir los anteriores con las manos llenas con jugosas prejubilaciones. Señores del Consejo, si quiero pasar un viaje con incertidumbre y con problemas, aunque seguro que menos, ya me iré con Ryanair, no se encarguen ustedes de convertir una supuesta compañía de prestigio internacional en una compañía peor que la del genuino Michael O´Leary.

Espero que les haya gustado, y anímense a cambiar el mundo, día a día, granito a granito, y a luchar contra las injusticias a las que día tras día nos someten las grandes empresas. 

Un saludo.

PD: Como economista, no me extraña para nada que British quite a Iberia rutas, para quedárselas él, porque seguro que es mucho más eficiente. Además el que absorbe es el que se queda el pastel y dirige el cotarro, por mucho que nos la intentaran vender como una fusión entre iguales.

PD2: Viva la Responsabilidad Social Corporativa de Iberia, capaz de poner por delante a un miembro de un grupo de 35 de El Corte Inglés, que a una familia, ya sea separar un marido de su mujer o un padre de sus hijos. Gran apoyo a la conciliación familiar sin duda....

PD3: Espero que los empleados de Iberia que conozco no se sientan ofendidos, no va por ellos. 

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